La Encuesta Nacional de Salud y Conducta Sexual, realizada por investigadores de la Universidad de Indiana, encontró que los estadunidenses ejercen una amplia gama de prácticas y posiciones sexuales.
Los estadounidenses, desde adolescentes hasta ancianos, adoptan una conducta más aventurera en lo que se refiere a sus relaciones sexuales, eligiendo ser más experimentales, reveló la más extensa encuesta nacional realizada sobre este tema.
La Encuesta Nacional de Salud y Conducta Sexual, realizada por investigadores de la Universidad de Indiana, encontró que los estadunidenses ejercen una amplia gama de prácticas y posiciones sexuales.
El sondeo identificó un total de 41 actividades diferentes, que incluyen desde el sexo oral hasta la masturbación en pareja.
El sondeo indicó que existe una enorme variedad de repertorio sexual entre los estadunidenses y que los hombres y mujeres de este país raramente se enrolan en solo un acto sexual cuando sostienen relaciones sexuales.
La penetración vaginal sigue siendo la conducta sexual más común, pero muchos eventos debajo de las sabanas no conllevan esta condición e incluyen el masturbar a su pareja o el proporcionarle sexo oral entre otras.
La encuesta, realizada en un universo de cinco mil 865 personas de entre 14 y 94 años de edad, con fondos de la firma fabricante de condones Trojan, constituye según sus realizadores, el mayor y más completo sondeo de conductas sexuales entre estadunidenses realizado hasta ahora.
Asimismo reveló que los estadunidenses están experimentando más sobre la cama con su pareja, o sobre la mesa del comedor o en el piso de la cocina y que muchos, incluso, están incursionando en actividades sexuales con personas del mismo sexo.
Un siete por ciento de los encuestados se identificó como 'otro no heterosexual', pero el 15 por ciento de los que respondieron tenía un historial sexual que incluía sexo oral con personas de su mismo sexo.
El 60 por ciento de los hombres respondió haberse masturbado cuando menos una vez en el último mes. En cambio, muy pocas mujeres dijeron hacer lo mismo, solo alrededor de la mitad de aquellas ubicadas entre los 20 y 30 años afirmaron haber incurrido en esa práctica en el último mes.
La investigación evidenció la existencia de una disparidad en lo que se refiere a satisfacción sexual entre el hombre y la mujer y que sugiere una falta de comunicación sobre la cama.
El 85 por ciento de los hombres indicó que su pareja había alcanzado el orgasmo en su más reciente encuentro, pero sólo el 64 por ciento de las mujeres confirmaron eso.
Además, un tercio de las mujeres encuestadas dijeron haber experimentado incomodidad genital durante su última experiencia sexual, comparado con sólo el cinco por ciento de los hombres.
'Creo que es una combinación de gente muy apenada para sacar a relucir este asunto o muy cuidadosa para no agitar el agua ofreciendo información correcta', dijo Debby Herbenick, co participante en la investigación.
'Los hombres se sienten muy orgullosos de darle un orgasmo a una mujer.. por ello en el principio, el falsearlo puede ser algo para estimularlo'.
De acuerdo con el sondeo, uno de cuatro actos de penetración vaginal se hace con la protección del condón en Estados Unidos, (uno de cada tres entre personas solteras).
'Estos datos, cuando se comparan con otros estudios, sugieren que el uso del condón se ha incrementado entre algunos grupos, pero aún la promoción del uso del condón debe ser prioridad de salud pública', indicó Michael Reece, director del Centro de Promoción de Salud Sexual, de la Universidad de Indiana, a cargo de la conducción de la encuesta.
En lo que se refiere a conducta sexual responsable, el uso del condón es más alto entre afroamericanos e hispanos que entre anglosajones y personas de otros grupos raciales.
El sondeo viene a responder los cuestionamientos más comunes sobre conducta sexual y demuestra como el sexo ha cambiado en este país en las casi dos décadas que han pasado desde que se efectuó el último estudio de este tipo.
La encuesta es también la primera que se efectúa a nivel nacional en la que los investigadores de la conducta sexual utilizan la internet para recabar la información en forma anónima, lo que da al sondeo un mayor nivel de franqueza.