En zanja. El Stratus brincó el cordón y cayó en la zanja ubicada entre los dos carriles del bulevar luego de que su conductor fuera baledo. EL SIGLO DE TORREÓN EL SIGLO DE TORREÓN
Gómez Palacio
Un automóvil Stratus cayó en una zanja ubicada entre los dos carriles del bulevar Ejército Mexicano luego de que su conductor recibiera dos impactos de arma de fuego frente a la colonia Chapala.
Los hechos se registraron a las 10:40 de la mañana de ayer en el citado bulevar entre las calles 25 y 27.
El occiso poseía una identificación al nombre de Sandai Aminadab Benítez Torres. En el Stratus modelo 1998 color morado, viajaban dos mujeres y una niña, mismas que por fortuna no fueron alcanzadas por las balas.
Las pasajeras fueron identificadas como Rosabelia Estrada, de 21 años y Pamela Andrade, de 18, de la menor no se proporcionó información. Estrada presentó golpes en diferentes partes del cuerpo mientras que Andrade resultó con fracturas. Milagrosamente la menor salió ilesa.
Tras el ataque se activó el código rojo, por lo que elementos de las diferentes corporaciones policiacas y el Ejército Mexicano, llegaron al lugar para resguardarlo.
La vialidad se tornó lenta en ambos carriles por la presencia de decenas de curiosos que al pasar por el lugar vieron el auto en la zanja y se quedaron estacionándose en donde fuera, para ver lo que sucedía. Después de más de una hora la grúa logró sacar el vehículo.
El cuerpo de Benítez Torres presentó dos impactos de arma de fuego en la cabeza, uno penetró por el lado de la oreja izquierda y el otro atravesó su nariz.
Según el agente del Ministerio Público, el primero fue el que le produjo la muerte puesto que se incrustó en la cabeza.
Ante la mirada de decenas de curiosos el Ministerio Público ordenó el traslado del cuerpo al Servicio Médico Forense de la Subprocuraduría de Justicia, ubicada cerca del lugar donde sucedieron los hechos, para la práctica de la necropsia.
Algunos rostros tenían semblante de asombro, mientras que otros se retiraban diciendo "allá venden unas gorditas, vamos para echarnos unas", lo que refleja la familiaridad que para algunos ciudadanos resulta este tipo de hechos violentos por la frecuencia con la que suceden.
