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Familia política

Addenda

GERMÁN FROTO Y MADARIAGA

Sé que el Día de la Familia es un producto más de la mercadotecnia. Pero es una buena oportunidad para bordar sobre ese tema.

Es bien sabido que la familia es el núcleo fundamental de una sociedad. Sin embargo, construir una buena familia no es cosa fácil; requiere de tiempo, paciencia y un conocimiento empírico que se va adquiriendo día con día, pues como dicen por ahí, los hijos son como los dedos de la mano.

Tuve la suerte de nacer en el seno de una buena familia: un padre, trabajador y honesto; y una madre abnegada y hacendosa, que cuidaba de nosotros aun más allá de sus propias fuerzas.

De ese tronco surgieron cuatro hijos. Bueno, fuimos más, pero sólo cuatro sobrevivimos. El primero y la última, personas tranquilas y dominadoras de las disciplinas que escogieron como profesión de vida. La segunda y el tercero, bravos, aventados y callejeros, como creo que debe ser todo niño que se precie de serlo.

Ricardo y Lourdes, hijos obedientes y dedicados a las tareas que les correspondían. Desde niños les dieron a mis padres muchas satisfacciones. Chacha y yo, debo reconocerlo, fuimos un tanto irresponsables y adictos a la calle, en donde se adquiere la verdadera formación.

Pero la familia es aquella que se reúne en torno del hogar, del fuego que aglutina a ese grupo humano. Por eso, cuando falta uno de los padres, es importante que el otro mantenga esa unión; y comúnmente se logra cuando es la madre la que sobrevive, pues su sola presencia sigue reuniendo a la familia.

Mas al faltar ambos, tiene que haber quien haga cabeza en ese grupo, si no es así, la cohesión se pierde y la familia se desintegra.

Es triste preguntarle a algún amigo, por sus hermanos y que no sepa dar una razón cierta, porque pasa mucho tiempo sin que los vea.

Aunque también hay padres ingratos, que abandonan a sus hijos, los regalan o dan en adopción. Conozco casos en que una madre es capaz de deshacerse de sus hijos con tal de poder vivir libremente con un hombre que no es el padre de ellos.

O padres que niegan la existencia de sus hijos y por supuesto les niegan también lo elemental para subsistir; y luego hay que demandarles el reconocimiento de la paternidad o los alimentos para obligarlos a cumplir con algo que debieron de haber hecho de propia determinación.

Por eso, el conocer a una familia, revela mucho de la forma de ser de sus miembros. Nadie puede negar su origen y la nobleza y la buena cuna son de nacencia.

De ahí que me haya sorprendido los ataques a los hermanos Rebollo Mendoza, pues conozco a su familia y a los protagonistas, personalmente y creo que esos ataques son totalmente infundados.

Tuve el privilegio de conocer a don José, su padre y conozco a la señora Dolores y ninguno de sus hijos es capaz de incurrir en faltas como las que se les imputan.

De manera especial, he tenido la oportunidad de tratar a Rocío y me consta su calidad humana y compromiso social.

Es una mujer entregada y comprometida como pocas y sensible a los problemas sociales.

Sé también que esos ataques obedecen a sus posibilidades de convertirse en candidata a la alcaldía de Gómez Palacio; y como se lo dije: "Sólo recuerda amiga, que nadie le tira piedras a un árbol sin frutos".

Si la atacan es por que en realidad tiene posibilidades, de otra forma no se molestarían en hacerlo.

Además, cualquier militante de un partido político, tiene derecho a aspirar a un cargo de elección popular; y más cuando se trata de una mujer, pues son pocas las que se deciden a participar en política.

La política sería mejor si en ella participaran más mujeres que hombres, pues debemos reconocer que son más responsables, honestas y trabajadoras que nosotros, aunque esto les duela a los misóginos.

No obstante ello, nada le debe preocupar a Rocío, porque lo que ha de ser, será, y siempre lo que nos llega es bueno.

También vale la pena recordar que la vida se encarga de cobrar esas afrentas sin que uno tenga que hacer nada. La venganza es de cobardes y mentes pequeñas. El desdeñar esos ataques y no hacer caso de ellos, es de almas nobles.

La familia dice mucho de una persona. Es su origen, su esencia, la fragua donde se formó. Y la familia Rebollo Mendoza, es una buena familia, que acostumbra reunirse todos los domingos, en torno de la mesa materna.

Y como diría un amigo mío ya fallecido: "Es una casa donde se come muy bien, pero invitan poco".

Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la alma de Su mano".

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