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FAMILIA SIRVIENDO A LA VIDA

GERMÁN DE LA CRUZ CARRIZALES

Despertar... Es ESPERANZAS DEL 2010

(Décima primera parte)

Continuación...

Hay un texto bellísimo, "Un hombre venía caminando, en harapos, maloliente, arrastrando su pecado y su culpa, sus miedos, sus dudas. Probablemente se levantó para buscar quizás algo más que comida, algo más que un nuevo trabajo, buscaba también una luz, una luz en su triste y obscura vida, una razón para vivir. Lo había perdido ya todo, en abrazos huecos, en placeres pasajeros, en comidas sin banquete. Había que encontrar otro sentido a la vida, más que trabajar para ganar dinero y gastarlo (sea cual fuera la manera de obtenerlo), para volver a trabajar, acumular dinero y volverlo a gastar, o peor aún acumular y acumular ese dinero, guardarlo. Había que ver algo más que la rutina de todos los días, encontrarle algo a la vida. Tenía tanta hambre que tenía que alimentarse con lo que le daban a los puercos y no necesariamente a los animales, sino de aquéllos que se alimentan de porquerías. En esta sociedad del Siglo XXI, en esta sociedad de consumo de drogas, de alcohol, de pornografía, de desintegración familiar, tiene que haber algo más. Un adolescente lo dice, lo dice una mujer, debe haber algo más que un hombre golpee a su esposa, que un hijo se vaya de casa, que las familias se desintegren, que el hombre esté acabando con el hombre mismo, tiene que haber algo más que la soledad que muchos seres humanos sienten, y viven, aunque estén acompañados. Decía una persona en silla de ruedas, que intentó tres o cuatro veces ponerse una cuerda en el cuello para acabar con su vida, porque vivía una vida insoportable, llena de pobreza, de dolor, de soledad y que quizás ahorcándose encontraría la paz, y fue en la luz de Jesús que encontró la paz. Ahora sigue igual de pobre, enferma, en silla de ruedas, pero maravillosamente feliz. La vida no ha cambiado para ella, más bien ella cambió todo y quiere vivir. Este hombre pues, se levantó y se levantó a buscar, lo que no sabía, era que no era él el que buscaba la luz, fue la luz la que corrió a él, lo abrazo efusivamente y lo cubrió de besos. Y es ese muchacho a los pies de ese anciano y le gritó: "Padre no soy digno". Y su padre lo levantó, le puso el mejor vestido, anillo y sandalias e hizo fiesta porque se había ido y las tinieblas lo habían tragado, estaba muerto, y ahora recobraba la vida en brazos de su padre (Lucas 15, 20). Un padre que es luz y que corre a tu encuentro, te cubre de besos y se reinicia una nueva vida. Como fue la del paralítico, como fue la de aquella mujer que buscando encontró la luz, como fue la del hijo pródigo y como fue la de una tribu persa llamada Magá que buscó una estrella, esa estrella que está palpitando fuertemente en nuestro corazón esperando que la escuchemos, que la encontremos. En ese camino cotidiano, Dios nos quiere hablar a todos. Y muchos se podrán preguntar, ¿En dónde está el Rey de los Judíos? Porque hemos visto su estrella y venimos a adorarlo, sin embargo en este ambiente de Semana Santa, donde, qué tanto tiempo hace que levantamos al niño y alguien decía. "Vamos a levantar pronto al niño porque tenemos que ir a crucificarlo". Hoy, el mundo que estamos viviendo, experimentando, con desgarrones profundos, con situaciones de mucha angustia y dolor, personas que han perdido de manera súbita y dolorosa algún ser querido y no entendemos por qué y queremos, exigimos, una respuesta lógica que nos convenza de lo que ha pasado, para encontrar nuestra propia paz, esa paz tan anhelada. Situaciones vividas en nuestro mismo corazón y en torno a nuestras familias, problemas económicos, angustias, la violencia que vivimos en nuestra comunidad, en nuestra colonia, en nuestra familia, en lo más profundo de nuestro corazón. Acontecimientos como los terremotos en Haití, en Chile, terremotos a las conciencias de cada uno de nosotros que no encontramos la paz, personas, muchas personas que han muerto y seguirán muriendo por las guerras que experimentamos diariamente y que reflexionando sobre la parte central de la venida de Jesús (La Pascua) que vino como hombre y entregó su vida para perdonarnos a todos y lo más importante, que resucitó para darnos vida, es ese morir diariamente a la vida vacía, de remordimientos y de culpas para volver a renacer, es esa oportunidad que tenemos todos diariamente de volver a ser personas nuevas, libres a través del perdón, y caminar hacia la luz. Y en donde el mundo parece indiferente ante la situación que vivimos, del que se cree fuerte aplastando a los débiles. Situaciones terribles en África a propósito del Mundial de Futbol, y que trae un poco de alegría a quienes disfrutan de este deporte, pero que no dejamos de ver realidades de pueblos que se están muriendo de hambre e injusticias, y minorías engordando tranquilamente. Estas situaciones de injusticia, de dolor y oscuridad son cuestionadas por niños, jóvenes, ancianos; ¿En dónde está el que va a resolver estos problemas? Quizás hoy como nunca vivimos un materialismo espantoso, y quizás hoy como nunca vivimos un anhelo de espiritualidad, de esperanza en el mundo. Hoy como nunca hay una injusticia enorme y también hoy como nunca hay movimientos de la sociedad como las ONG, que están luchando por todo el mundo, para que haya menos hambre, más justicia y más paz. Este neoliberalismo económico que está aplastando a los pueblos en el mundo entero y jóvenes hoy que buscan una solución a sus problemas económicos personales, regionales, nacionales y mundiales. En un artículo publicado en el blogsiglo "Palabras Sabias de S.S. Juan Pablo II" decía el Papa en sus viajes a México: "... Ha llegado el momento de desaparecer de una vez por todas de este continente, todo ataque contra la vida, no más violencia, terrorismo y narcotráfico, no más torturas u otras formas de abuso. Debe ponerse fin al innecesario recurso a la pena de muerte. No más explotación del débil, discriminaciones raciales o guetos de pobreza, nunca más. La historia humana no puede ir contra el hombre, ello equivaldría a ir contra Dios. El fenómeno de la corrupción invade lamentablemente grandes espacios del tejido social de algunos pueblos. Son muchas las incidias que amenazan la solidez de la institución familiar, en la mayor parte de los países de América, se deben mencionar entre otros, el aumento de los divorcios, la difusión del aborto, del infanticidio y de la mentalidad contraceptiva...". Continuará...

Espero que estas palabras nos permitan sentirlas a la luz de nuestras familias, pues decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives". Estamos como siempre a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de tu interés: www.familia.blogsiglo.com

"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".

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