Continuación...
Guadalupe en la cafetería del hospital sentada en una mesa sola, se dispone a tomar sus alimentos. Mientras que el Dr. Sergio Durán (S), al entrar, la observa y con una cara de mucho interés se dirige a Guadalupe: (S) -¿Comiendo sola? (G) -Hola, Dr. Durán. (S) -¡Sergio! (G) -Hola Sergio, ¿cómo estás? (S) Me va bien. Buscaba un lugar para comer. ¿Está apartado? (G) -Estaba esperando a Blanquita, pero bienvenido. (S) -Pues no quiero que me obliguen, no quiero problemas, así que me siento. Sergio se sienta y Guadalupe no deja de mirarlo un instante mientras éste se acomoda. (G) -¿Va a comer con su bata puesta? (S) -Pues tengo que estar a la última moda. Todos los doctores la están usando últimamente. Pero puedo hacer una excepción mientras como. Entonces Sergio se quita la bata, coqueteando y complaciendo a Guadalupe. Ella también coquetea con él. (G) -A los doctores les gusta estar a la última moda. (S) -Debemos estar a la altura de la moda de los encargados de relaciones públicas. (G) -Entiendo. Y como sólo hay una persona en ese puesto. Apuesto que será un honor tal elogio para ella. (S) -Yo creo que sí, porque es increíble. Guadalupe sonríe, muy complacida por las palabras de su dulce doctor.
En el vestidor del centro de socorros, Miguel (M) al ritmo de la música y frente al espejo poniéndose gel en el pelo, establece un diálogo consigo mismo: (M) -Hola. Oye, te ves muy bien. Qué galán. Gracias es que trato de cuidarme. ¿Te gusta esta canción? Oh, sí. ¿Lo sientes? Se llama química. Y aquí hay, entre tú y yo. Miguel no te dejará. En ese momento entra al vestidor Toño (T), quien lo observa. Miguel disimula su comportamiento. (T) -¿Oye has visto mi mochila? (M) -No, Miguel, no la he visto. (T) -Tal vez esté en mi locker. Miguel al ver que Toño desaparece de la escena, vuelve a su monólogo. (M) -¿Dónde estábamos? Mientras, Toño discretamente observa cómo baila Miguel al ritmo de la música y sin inhibiciones. No puede aguantar más tal espectáculo y suelta la carcajada jajajajaja. (M) -Toño, ¿qué te pasa? Vamos no es gracioso. No soy un payaso. Éste es mi espacio. Mientras Toño no deja de reír y desaparece nuevamente de la escena. (T) -Que ridículo. (M) ¡Toño!
En el comedor de la estación de socorros conversan Gerardo (G) y Lalo (L) - ¿Cuarenta días? ¿Y Guadalupe lo sabe? (G) -No se lo diré. Si ella quiere seguir con la demanda, es su elección. (L) -El divorcio es algo duro. (G) -Bueno. ¿Si me trae paz...? (L) -Gerardo, tú quieres paz verdadera. (G) -¿Qué quieres decir? (L) -¿Sabes qué significa el anillo en tu dedo? (G) -Que estoy casado. (L) -Sí. También que hiciste un compromiso de por vida. Une las manos palma con palma, después, une los dedos medios nudillos con nudillo. Intenta separar los pulgares (éstos representan a tus padres), se separan pues los padres no están destinados a vivir contigo hasta el día de tu muerte. Ahora intenta separar igual los dedos índices (representan a tus hermanos y amigos), notarás que también se abren porque ellos se van, y tienen destinos diferentes como casarse y tener hijos. Intenta ahora separar de la misma forma los dedos meñiques (representan a tus hijos) éstos también se abren porque tus hijos crecen y cuando ya no te necesitan se van, únelos de nuevo. Finalmente, trata de separar tus dedos anulares (el cuarto dedo que representa a tu pareja) y te sorprenderás al ver que simplemente no puedes separarlos... Eso se debe a que una pareja está destinada a estar unida hasta el último día de su vida y es por eso que el anillo se usa en este dedo. Te pusiste ese anillo mientras hacías tus votos. Lo triste de eso es que cuando la gente dice... en las buenas y en las malas... sólo lo dice para las buenas. (G) -Guadalupe y yo estábamos enamorados cuando nos casamos. Pero hoy, somos personas diferentes. ¿Si? Lo nuestro ya no funciona más. (L) -Gerardo, la sal y la pimienta son completamente diferentes. La preparación, el sabor, el color. Pero siempre van juntas. Y cuando tú... Eduardo (L) toma un pegamento de contacto inmediato y une los dos recipientes de la sal y la pimienta. (G) -¿Qué haces? Lalo, ¿Por qué haces eso? (L) -Gerardo, cuando dos personas se casan, es para las buenas y las malas. En la riqueza o en la pobreza. En la salud y en la enfermedad. (G) -Ya lo sé. Pero el matrimonio no es a prueba de fuego y a veces te quemas. (L) -Eso no significa que el fuego no llegará. Sino que estarás listo por si acaso llega, para enfrentarlo. (G) -No pueden estar pegados estos recipientes. (L) -No lo hagas, Gerardo. Si los separas ahora, romperás alguno, o los dos. (G) -No soy perfecto, pero soy mejor que muchos. Si mi matrimonio está fallando, no es por mí. (L) -Por favor Gerardo, te he visto corriendo hacia un edificio para salvar gente que ni conoces. ¿Pero dejarás que tu matrimonio completo se queme? (G) -Lalo, tú eres mi amigo. Y te he permitido hablarme aquí con libertad. Así que no abuses. Lalo se queda triste y pensativo, su amigo no entiende, hace falta algo, una pieza en su rompecabezas interior. Continuará...
Espero que estas palabras nos permitan sentirlas a la luz de nuestras familias, pues decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives". Estamos como siempre a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de tu interés: www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".