Despertar... Es En Nombre Del Amor En la estación de emergencias se encuentran en la academia el equipo de Gerardo. Miguel (M) dice a Toño (T), -yo puedo levantar cien kilos en este momento. Porque no llegamos a esa conclusión. Yo soy el hombre. Gerardo (G) responde a Miguel (M) - yo sólo sé que el hombre dejó el aparato de imágenes terminas anoche en la defensa del camión. Es un equipo de 9000 pesos. (M) -De acuerdo, fue mi culpa. Lo admito capitán. Pero eso no cambia el hecho de que cuando hay dificultades yo estoy ahí. (T) -Ya no soporto tanto ego. Llevas fanfarroneando diez minutos. (M) -No fanfarroneo, sólo digo la verdad. La semana pasada en el incendio de oriente, moví dos líneas de ataque. Saqué mi propia línea y la conecté a un hidrante en dos minutos. Gerardo le hace una seña a Fernando para que traiga la sorpresa que sólo ellos conocen. (T) -¿Y? otros pueden hacer eso también. (M) - No en esta estación. (G) Carlos Gómez Aguilar sí podría. (M) - ¿Él es de Protección Civil? ¿Es una broma? Quizás en dos minutos y medio pero no por debajo de dos. (G) - No sé. (M) -Capitán, él es fuerte pero no es rápido. Le juro que puedo derrotarlo en un minuto. (G) -Miguel, pareces muy seguro de ti mismo. Creo que la confianza es buena, pero tú exageras. (T) -Sí, exageras mucho he. (M) -Yo puedo hacerlo es lo único que digo. Fernando (F) pone dos botellas de salsa tabasco sobre la mesa. La ira de Dios amigo. (M) -¿Para qué es eso? (G) -Haremos una pequeña competencia. Veremos si Miguel es el hombre. Si acepta el reto, claro. (M) -Hey, yo siempre estoy listo. Deja sus libros sobre el piso y Gerardo le avienta una botella de la salsa. (G) -Muy bien, yo primero. Abre su botella. (M) -Capitán, ¿qué hará? (G) - Fernando, tómame el tiempo. Fer, tiempo. (F) -Claro! (G) -¿Listo? ¡Ya! Da una respiración profunda y le da unos tragos largos y profundos. Hace muecas y parece que le quema las entrañas. (T) -No puede ser, está loco. Miguel no da crédito a lo que está viendo. Gerardo respira profundo y vuelve a su tarea tomársela lo más rápido posible. (T) -Se la tomará toda. Gerardo vuelve a hacer muecas y finalmente en el tercer trago termina toda la botella. Miguel está sorprendido y preocupado a la vez. Fernando dice, veintitrés segundos. Los presentes celebran la hazaña mientras Gerardo se dirige a Miguel. (G) -Muy bien tu turno. Impresionante. (M) - Muy bien. Pecata minuta. Lo haré en menos de veinte. Abre su botella, y tira la tapa hacia atrás mientras exclama; ¡toma tiempo! (F) -Claro que tomo el tiempo. Haciendo una reverencia con la botella dice; ¿señoritas? (F) Tiempo, ¡ya! Da un primer trago largo y profundo... (M) -Aaaaaaah, quema. Los demás exclaman; ¡vamos ya sigue tomando! Da un segundo trago y se ve a luces que le quema muy profundo... (T) -Tienes que tomarlo y van catorce segundos. Tercer trago y le queda más de la mitad de la botella. (M) -¡Quema! Qué bárbaro. ¿Donde está el hombre ahora? Miguel se esfuerza por terminarse la salsa. (T) -Creo que dijiste que podrías, ¿no? Miguel ya no puede, apenas va un poco más de la mitad y grita... Aaaaah, se me quema la boca... y sale corriendo al baño. (T) -Capitán, ¿cómo hace eso? (G) -Tú también podrías Toño, si sustituyeras el tuyo con jugo de tomate. Qué lección para Miguel, esto es increíble.
En el hospital, Guadalupe en uno de los pasillos le habla al Dr. Álvarez, "Dr. Álvarez, le recuerdo su entrevista de televisión en diez minutos". (Dr. A) -Guadalupe qué amable eres ahí estaré con gusto. (Gu) -Felicidades por su premio en investigación sobre nuevos métodos quirúrgicos. (Dr. A) -Se lo agradezco Guadalupe. El Dr. se retira y en eso suena su teléfono; "Habla Guadalupe" (Ge) -Hola soy Gerardo. Quise llamarte para ver cómo estabas. Guadalupe muy sorprendida no sabe cómo reaccionar. (Gu) - ¿Ver cómo estoy? ¿Y cómo para qué? (Ge) -Mmmm sólo por si necesitabas algo. (Gu) -¿Llamaste para saber si necesitaba algo? (Ge) -Sí, dime. ¿Necesitas que lleve algo a la casa? ¿O que busque algo por la mañana? (Gu) -Gerardo, nunca habías preguntado eso. ¿Qué te pasa? (Ge) -Sólo quería saber si necesitabas algo. Sólo eso. (Gu)-... estoy bien. (Ge) -De acuerdo... Bueno, entonces... hasta pronto. Gerardo cuelga y Guadalupe se queda paralizada, desconcertada con esa llamada nunca antes hecha. Gerardo deja a un lado su manual de "En Nombre del Amor" y exclama: Día cuatro, ¡listo! Sin embargo Guadalupe no deja de estar sorprendido por la reacción inusual de su esposo aún, Gerardo. Se dirige a la central de enfermeras y Lucy (Lu) le saluda: Hola Lupita, ¿cómo estás? (Gu) -Confundida. Mi esposo está muy raro. (Lu) - Porque, ¿qué hace? (Gu) -Pues, en los últimos días... me ha hecho café, me compró unas tristes florecitas. Y ahora llamó sólo para saber si estoy bien. (Lu) -¿En serio? En eso entra en la conversación Sandra (S) y comenta. (S) - Te diré lo que está haciendo. Trata de ablandarte por lo del divorcio. (Gu) -¿Por qué haría eso? (S) -Antes de que mi prima Rocío se divorciara, su esposo hizo lo mismo. Se puso todo dulce y tierno y lo que supimos más adelante fue que se quedó con su casa y su dinero. Ni siquiera le ha vuelto a hablar. No dejes que te engañe. Entonces cada una se ocupa nuevamente de sus labores y Guadalupe se queda pensando un hace una cara de enojo y desconfianza como si lo que le dijeran fuera precisamente toda la verdad.
Continuará...
Espero que estas palabras nos permitan sentirlas a la luz de nuestras familias, pues decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives". Los martes primeros de cada mes a las ocho treinta de la noche reúnete en familia y amigos para rezar el rosario por la paz del mundo que tanto necesitamos, muchas personas lo hacen ya aquí en México y varias partes del mundo, "La familia que reza unida, permanece unida". Estamos como siempre a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de su interés:
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".