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FAMILIA SIRVIENDO A LA VIDA

Despertar... Es

GERMÁN DE LA CRUZ CARRIZALES

En Nombre Del Amor Hay momentos en la vida en que somos tímidos para expresar el amor que sentimos. Quizá por temor a avergonzar a la otra persona o a avergonzarnos nosotros mismos, dudamos en decir "Te quiero" y tratamos de comunicar la idea con otras palabras... Decimos "Cuídate", "No manejes rápido", "Pórtate bien"... Pero en realidad, éstas son diferentes maneras de decir "Te quiero...", "Eres lo más importante para mí...", "Me importa lo que te suceda...", "No quiero que estés mal...", etc. A veces somos muy extraños. La única cosa que queremos decir y la única cosa que debemos decir, es la única cosa que no decimos. Y aún así, porque el sentimiento es real y la necesidad de decirlo es tan fuerte, usamos otras palabras y signos para decir lo que realmente queremos decir. Y muchas veces el significado nunca se comunica del todo, y la otra persona se siente ignorada o tal vez no tan querida... o con sospechas de una acción completamente diferente a la original, como en este caso piensa, influenciada por las amigas, Guadalupe. Por eso, debemos escuchar el amor en las palabras que las otras personas nos dicen, algunas veces las palabras explícitas son necesarias, pero muchas veces es más importante la manera como se dicen las cosas... Un apodo dicho cariñosamente aporta mayor afecto y amor que los sentimientos que son expresados de manera poco sincera. Un abrazo o un beso impulsivos dicen "TE AMO", aún cuando las palabras digan algo diferente. Las flores aunque sean unas tristes florecitas también, al igual que el café y las llamadas, aunque parezcan extrañas.

Cualquier expresión de preocupación de una persona por otra dice "Te quiero". A veces la expresión es vulgar, a veces incluso cruel. A veces debemos mirar y escuchar muy atentamente el amor que contienen... Pero muy frecuentemente está allí, debajo de la superficie. Una madre puede regañar a su hijo constantemente por sus notas o por no limpiar su cuarto... El hijo puede escuchar sólo el regaño, pero si escucha atentamente, escuchará el amor debajo del regaño. Su madre quiere que él haga lo correcto, que sea exitoso. Desgraciadamente, su preocupación y amor por su hijo emergen en su regaño. Pero también es amor. Una hija regresa tarde a casa, después de su permiso, y su padre la confronta con palabras amargas. La hija puede sólo escuchar la ira, pero si escucha atentamente, escuchará el amor debajo de la ira. "Estuve preocupado por ti..." dice el padre, "porque me importas, porque te quiero y porque eres importante para mí..." Decimos "TE AMO" de muchas maneras: con regalos de cumpleaños, con notitas dibujadas, con sonrisas y a veces con lágrimas. A veces mostramos nuestro amor cuando nos mantenemos en silencio, sin decir ni una palabra, y a veces incluso hablando bruscamente. A veces mostramos nuestro amor a través de la impulsividad. Muchas veces tenemos que demostrar amor perdonando a alguien que no ha escuchado el amor que hemos tratado de expresar. El problema de escuchar el amor es que no siempre entendemos el lenguaje del amor que la otra persona está usando. Guadalupe puede usar las lágrimas o las emociones para decir lo que quiere decir, y Gerardo puede no entenderla porque espera que ella le hable en el lenguaje de él. Por eso, tenemos que esforzarnos por realmente escuchar el amor. El problema con nuestro mundo es que la gente rara vez se escucha el uno al otro. Oyen las palabras, pero no escuchan en las acciones que acompañan a esas palabras o en las facciones del rostro. O la gente sólo escucha el rechazo o el malentendido. No ven el amor que está allí, debajo de la superficie, aún cuando las palabras sean amargas... Tenemos que escuchar el amor en aquéllos que están alrededor nuestro... Si escuchamos atentamente, descubriremos que somos muchísimo más amados de lo que pensamos. Escuchemos al amor y descubriremos que, después de todo, el mundo es un lugar muy amoroso... El amor es feliz, nos hace reír, nos hace llorar, nos hace cantar, nos hace tristes, nos hace buscar una razón, nos hace pedir, nos hace dar, pero por sobre todo, nos hace vivir.

Gerardo está en su casa metido en el chat, cuando escucha que llega Guadalupe y rápidamente y nervioso sale de la página en que se encuentra y aparenta estar consultando algo entre comillas "Normal", deja la computadora y toma una revista disimulando su actuación. Guadalupe lo observa desde atrás y se queda un instante parada ahí. Deja las llaves y su bolsa en la mesa y se acerca a él despacio y cautelosa... (Gu) -¿Borraste el historial? (Ge) -¿Qué? (Gu) -Que si borraste las páginas web para que no sepa a dónde entraste. Gerardo sólo frunce el ceño y su pulso cardiaco se acelera y su respiración se vuelve más acelerada. (Gu) -No engañas a nadie, Gerardo. No sé qué tratas de hacer mandándome flores y llamándome al trabajo. (Ge) -¿Por qué dices eso? (Gu) -Me reuniré con mi abogado la semana que viene y no creas que te creo esa rutina de niño bueno (Ge) -¿De qué estás hablando? (Gu) -No tendrás ni un centavo más de lo que mereces. Este divorcio es definitivo. Yo quiero mi parte. Cuando terminemos este divorcio yo tendré lo que me toca. Entonces se inicia nuevamente una batalla campal con mucha ira y violencia. (Ge) -¿Eso crees que hago realmente? (Gu) -No, no creo que lo estás haciendo. Tengo la certeza. (Ge) -Te equivocas. Nunca asumes que puedo hacer algo de valor o respetable. Nada honorable. (Gu) -¿Honorable? ¿Qué mirabas en la computadora Gerardo? ¿Qué había ahí en el monitor? ¿Eso es honorable? Gerardo sólo se le queda viendo, sabe que tiene razón Guadalupe y que en parte es la causa de este fracaso matrimonial. (Gu) -¿A quién crees que engañas y le ves la cara? ¿Sabes que tus pequeñas atenciones no significan nada para mí? Es porque eso que ves en la computadora es lo que te ha convertido en lo que eres. Es lo que haces cuando estás solo. A eso le eres fiel y eso no tiene nada de honorable ni rescatable. Gerardo sólo respira hondo, profundo y no acierta a decir nada pues sabe que Guadalupe tiene razón. Está con mucho coraje y nuevamente sale al patio, toma el bate y arremete con el bote de basura nuevamente, descargando su ira. Le da varios golpes y finalmente avienta éste muy lejos. Para entonces voltea y se da cuenta que nuevamente su vecino Prax lo observa, quien sólo acierta a saludar. Continuará...

Espero que estas palabras nos permitan sentirlas a la luz de nuestras familias, pues decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives". Los martes primeros de cada mes a las ocho treinta de la noche reúnete en familia y amigos para rezar el rosario por la paz del mundo que tanto necesitamos, muchas personas lo hacen ya aquí en México y varias partes del mundo, "La familia que reza unida, permanece unida". Estamos como siempre a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com

"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".

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