TIENES UNA GRAN FAMILIA... BETY
(En toda familia es donde habita Dios)
A Bety con mucho cariño:
Eran las primeras casas que se construían en la colonia, pero también se integraba una gran familia. Poco a poco fueron llegando unos, luego otros. Todas, familias integradas y con un gran espíritu de lucha. Recuerdo aquellos años donde nos íbamos a la placita a jugar. Éramos niños entonces y ahí fue cuando conocí a esa niña de mirada expresiva y limpia además de su cabello castaño y su singular sonrisa. Éramos vecinos y recuerdo disfrutar de esas frutas que había en nuestros jardines; duraznos, higos, chabacanos, uvas y los nogales en los que bajo su sobra soñábamos con las aventuras que realizaríamos. Esa gran familia de hermanos que compartíamos mil aventuras. ¿Recuerdas Bety? ¿Cuando nos juntábamos en la nevaría? Dora, Humberto, Armando, Lulú, Ricardo, Tere, Alejandra muy chiquita entonces. Rubén, Adriana, Rosy, Carlos, Lucy. Gerardo, Mariza, Santiago, Laura, Miguel, Yoyis, María Elena, Yanet... El Guayabas, Vicky, Germán, Pepe, Fernando, Poncho, Miguel, Alejandro... La raza grande como decíamos y tantos y tantos que se me escapan de la mente, pero que éramos familia y a quien pido disculpas por mi omisión, sin embargo están en nuestro corazón. Ahí al cuidado de doña Socorro y don Héctor (f), jugábamos a las escondidas, a los encantados o nos sentábamos alrededor de don Pedro quien nos contaba de sus anécdotas de juventud en España. Cuando se construía apenas la casa de don Pedro ahí lo usábamos como escenario de nuestros juegos, donde Humberto nos asustaba, ahí empezaba un sueño que después se convertiría en realidad y hoy nos sentimos orgullosos de tener un hermano en el lugar donde está. Él también integró su propia familia después, como todos los demás, unos con problemas, otros felices, pero todos familia de la que nos sentimos orgullosos.
En casa de mis abuelos doña Lichita (f) y don Santana (f), recuerdo de aquellas fiestas donde se juntaban nuestros padres, doña Elvia y don Leonardo (f), doña Lupita y don Armando (f), don Miguel y doña Beatriz, las varias Lichitas del grupo, la Güerita y los padres de todos nosotros todos, y a quien omito sin querer y pido disculpas por ello.
Bety, parece que fue ayer que aquellas tardes noches de verano reíamos y nos divertíamos en aquellos tiempos que hoy añoro de nuestro barrio querido.
Tomados de la mano todos en unión de doña Elvia, don Leonardo (f), tu abuelita Matildita (f), Paty, Javier, Nayo, Malu y toda tu familia de la colonia que en estos momentos oramos por todos, especialmente por ti y tu familia, por la Comarca Lagunera, decimos:
"Hoy tomados de la mano todos juntos hablamos con Dios, con palabras, en silencio, desde el fondo de nuestros corazones. Elevamos nuestros pensamientos y pedimos ayuda por tanto sufrimiento. Él es padre y escucha lo que piden nuestros corazones. Estando contigo Padre, hablamos y nos desahogamos. Te imploramos alivio a nuestros corazones. Y entonces sentimos tu presencia, tu amor, tu luz tan intensa, que ilumina nuestros rostros y nos alegra en la oración. Cuánta paz, cuánta luz. Dios nos escucha, nos enseña el camino que a Él conduce. Dios es padre, Dios es luz. Dios nos dice que a Él se llega siguiendo a Jesús. Es tan lindo hablar contigo Dios en cualquier momento, más aun hoy toda esta familia que te pedimos especialmente por Bety. Tú Dios, que ves una hoja que cae y es llevada por el viento, lleva a Bety todo nuestro amor y cariño. Pues no existe lugar donde no estés y no puedas escuchar nuestra voz y plegaria. Dios en el cielo, Dios en la Tierra, donde esté, está dentro de nosotros y particularmente hoy en el corazón de Bety y su familia".
Con todo nuestro cariño y amor, de toda la familia de ayer, de hoy y de siempre...
A doña Elvia H. de Pedraza y Familia.
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".
