Guardando reposo por prescripción médica, Gerardo en su casa habla por teléfono con su mamá. (Ge) - Mamá, estaré bien. Me curaré en un par de semanas... Sí, lo tengo bien vendado. ¿Puedo hablar con papá? ... Sí, mamá. Ya entendí. ¿Puedes darle el teléfono a papá? Gracias... Oye, ¿Podrías decirle a mamá que me deje de sermonear, papá? Soy comandante del equipo de emergencias y me la vivo en riesgo. Sí, ya sé, ya sé. Es que no me gusta que me regañe cada vez que hablo por teléfono... Hoy es el día veintitrés. Pero fue un día muy difícil. Me hablaron dos veces; "El Siglo de Torreón" y de Actualidades Grem, para entrevistarme... Parece que soy un héroe para todos menos para mi esposa, quien se ha encargado además de estar hablando con sus amistades, muy mal de mí. No, no me rendiré jamás... Gracias, papá... Sí, te llamo luego. Adiós. Sentado en su sofá favorito se toma la cabeza y voltea a la mesa de trabajo donde ve el diario que le había dado con tanto cariño su padre. Sin embargo se dirige a la computadora para checar su correo electrónico y ver los modelos más recientes de camionetas, "Su sueño fantástico". Entra a la página de la agencia de automóviles de su amigo Roberto y en ese momento aparece en la pantalla de manera automática, esas invitaciones de chicas muy atractivas... un letrero muy sugestivo parpadea diciendo: "¿Quieres ver? Da clic aquí". Gerardo muy lentamente mueve el cursor de la computadora hacia el botón indicado, está a punto de hacer clic, pero se detiene. Nuevamente el letrero parpadea... levanta el dedo índice para presionar el mouse... una lucha entre el querer y el deber se libra en su mente... (Ge) - Gerardo, ¿Qué haces? Se levanta de la silla y camina pensando y tentado por la invitación de su computadora. Vienen a su mente como un torbellino, su situación actual, las palabras de toda la gente que lo quiere, que lo admira, pero sobretodo las palabras que recalan muy hondo, de Guadalupe. Voltea nuevamente a la pantalla y ahí está la invitación... "¿Quieres ver? Da clic aquí". (Ge) - ¿Por qué es esto tan difícil? Se va al sofá, se sienta. Metido en su lucha, toma el diario que le diera su papá. Lo abre justo donde tiene el separador. "Día veintitrés: Cuídate de los parásitos. Un parásito es algo que se prende de ti o de tu pareja y succiona la vida de tu matrimonio. Generalmente son las adicciones como las apuestas, las drogas o la pornografía. Prometen placer, pero crecen y crecen como una enfermedad y consumen tu tiempo y tus pensamientos. Le roban tu corazón y tu lealtad a la gente que te ama. Los matrimonios raramente sobreviven con los parásitos. Si amas a tu esposa destruye cualquier adicción que haya en tu corazón. Si no lo haces, te destruirá a ti...". Voltea a ver nuevamente la pantalla de la computadora y dice... "¿Quieres ver? Da clic aquí". Ahora, parece tener claro lo que Dios le está diciendo desde el fondo de su corazón. Se levanta muy decidido y arranca de su lugar la pantalla jalando los cables con brusquedad. Se dirige al patio, la pone sobre una mesa, toma el bate y dice: "De acuerdo Señor, no más adicciones". Y de un solo golpe certero, acaba con el monitor rompiéndolo en mil pedazos y cayendo al jardín... va por el CPU ahora y hace lo mismo... pero antes de acabar con éste. Siente la mirada de alguien. Voltea, es el Sr. Prax y su esposa Lucy quienes lo miran con asombro. Gerardo sólo acierta a decir: (Ge) -"Sr. Prax" (Sr. Prax) - Gerardo. (Ge) - ¿Se encuentra bien hoy? (Sr. Prax) - No, no mucho. Deja sus actividades y se dispone a entrar con Lucy a su casa. Gerardo toma nuevamente el bate y de cinco golpes acaba con él y se mete a su casa. El Sr. Prax le dice a su esposa. (Sr. Prax) - Lucy, no quiero que hables con ese tipo. Es muy raro. Lucy sólo expresa: "Hay, pero mira quién habla".
Guadalupe al llegar y estacionar su auto ve en el bote de basura los restos de lo que fue una computadora. Los observa y se dispone a entrar a su casa. Deja el correo y sus llaves sobre la mesa del comedor y se dirige al mueble donde antes había una computadora. En su lugar se encuentra con un arreglo de rosas rojas de la florería "La Bonita" y una tarjeta que dice: "Yo te amo más". Se queda muy pensativa, deja la tarjeta y se retira. Continuará...
Espero que estas palabras nos permitan sentirlas a la luz de nuestras familias, pues decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives". Los martes primeros de cada mes a las ocho treinta de la noche reúnete en familia y amigos para rezar el rosario por la paz del mundo que tanto necesitamos. "La familia que reza unida, permanece unida". Estamos como siempre a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".