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Feliz año 2010

Las laguneras opinan...

MUSSY UROW

El único recurso renovable que tenemos los seres humanos, mientras estamos vivos es la esperanza y cuando el combustible que la sostiene encendida aparece casi agotado, ocurre algo que la hace crecer de nuevo, llámese "año nuevo", cambio de casa, de trabajo, de pareja, un nieto hace un hallazgo, lo que para cada quien sea esa fuente milagrosa de renovación. El caso es que ocurre y el que tenga la suerte de darse cuenta, con eso tiene para seguir adelante. En esta ocasión, por ser el inicio de un Nuevo Año, me permito compartir una reflexión.

No termino de maravillarme con el asombroso desarrollo de la tecnología, la velocidad con la que aparecen nuevos instrumentos casi mágicos, como los juegos de Wii, las Blackberry o los "iPodtouch" y "iPhone". La inmediatez y versatilidad de las funciones que ponen a nuestra disposición, no sólo información instantánea, imágenes reales, sino hechos y noticias que acaban de suceder, me resulta milagroso. Esa rapidez nos aleja de la reflexión (todo lo que haga el hombre merece ser reflexionado.) Sin embargo, otras veces, esa cualidad de inmediatez que ofrece la tecnología actual, nos acerca y nos hace ver, oír y sentir hechos y eventos del pasado y que, irremediablemente provocan la reflexión: en la palma de la mano, filmaciones de la Revolución Mexicana, de las dos guerras mundiales, de Vietnam, la caída del Muro de Berlín, etc.

Recuerdo muy claramente el año 1963, poco antes del asesinato del entonces presidente norteamericano John F. Kennedy, cuando escuché por primera vez, en casa de un amigo, un disco de Los Beatles. ¡Todo un acontecimiento, se lo habían traído de Estados Unidos! Quedé atrapada por su música, por la letra de las canciones, por el ritmo y cómo no, por la personalidad y carisma de los cuatro. Nunca llegué a los gritos y los desmayos, pero hasta la fecha me considero una seguidora y admiradora ferviente. A lo largo de los años, mi entusiasmo por Los Beatles no ha disminuido, se ha decantado, lo que me ha permitido darle su justo valor a John Lennon como compositor y reconocer con admiración profunda la capacidad musical de Paul McCartney. Me considero parte de su generación, soy contemporánea totalmente, nacida en la década de los 40, igual que ellos.

Este gusto por Los Beatles pasó a mis dos hijos, quienes descubrieron los discos en la casa, lo cual no tiene nada de extraño, su generación también admiró al cuarteto de Liverpool. Lo asombroso es que mis nietos -tercera generación- también han descubierto a Los Beatles y están jugando a "ser ellos" a través del Wii. Ni siquiera conocieron vivos a Lennon y a George Harrison, pero mi nieto de casi 8 años, los dibuja en sus diferentes atuendos, tocando la guitarra y cantando.

Por otro lado, -y este es el motivo de mi colaboración de hoy - he descubierto recientemente, a través de mi hija, a un compositor, escritor y poeta canadiense, quien a los 75 años de edad, después de haberse retirado de los escenarios internacionales, tuvo necesidad de regresar a trabajar porque su representante le malversó todos sus ahorros. Hace algunos meses mi hija me dijo "Mamá, escucha esto." Y me puso un disco de Leonard Cohen; a la mejor mucha gente sabe de quién estoy escribiendo; yo ignoraba totalmente su existencia. Resulta que sus canciones son interpretadas por muchos cantantes, algunos de ellos latinos, como Joaquín Sabina y Enrique Bunbury, amén de otros muchos más en inglés. Se escuchan sus canciones en numerosas películas, y cantantes de diversas latitudes le han hecho homenajes en sus grabaciones. Existen al menos 30 álbumes en homenaje a Leonard Cohen en diferentes idiomas. Su propia discografía (grabaciones desde 1968 a 2002) suma 19 discos, con algunos recopilatorios y 3 reediciones.

Los discos que yo escuché (2 CD) son la grabación de su concierto en vivo en Londres, en julio de 2008, cuando tenía casi 15 años de no pararse en un escenario.

Desde el primer momento me cautivó su voz - especialmente ronca y rasposa, gravísima, pero íntima y cálida- me convertí en su "fan" y me dediqué a investigarlo. Durante cuatro décadas, desde finales de los 60 hasta principios de 2000, se ha considerado a Cohen como uno de los más importantes e influyentes cantautores de nuestro tiempo; originario de Montreal, Canadá, fue primero poeta y novelista. Ha publicado, entre novelas y poemarios, al menos una docena de libros, (muchos traducidos al español) que le acreditaron reconocimientos literarios en Canadá. En la década de los 60 leyó por primera vez un poemario de Federico García Lorca, el extraordinario poeta granadino, y según Cohen, ningún otro escritor lo ha influido tanto y tan profundamente; su hija se llama Lorca, en honor al poeta y una de sus canciones más conocidas, "Take this waltz" es una versión casi inalterada del poema "Pequeño vals vienés" (del libro Poeta en Nueva York, 1929-1930.)

El hecho de que Leonard Cohen fuera un escritor reconocido antes de dedicarse a escribir canciones, da a su obra musical una cualidad poética y literaria muy especial; sus temas recurrentes son el amor, la religión y las relaciones de pareja, pero también aquello que afecta a las sociedades en general, la guerra, las desigualdades sociales; usa muchos juegos de palabras y metáforas poéticas. Algún crítico se refiere a la letra de sus canciones como "emotivas y líricamente complejas"; yo agregaría que tan cercanas, íntimas y honestas como la poesía del propio García Lorca o la de nuestro Jaime Sabines.

Apenas tiene un puñado de canciones. Búsquenlo, tiene un sitio en la red, www.leonardcohen.com. Nada de lo que pueda seguir escribiendo será suficiente; escúchenlo mejor.

¿Cuál es la conexión entre estas dos experiencias? Pues que gracias a la tecnología el aprendizaje se da en cualquier dirección, no sólo de arriba hacia abajo, como tradicionalmente era, el conocimiento venía del adulto hacia el joven; el aprendiz trabajaba pegado al maestro por varios años; ya no. Tampoco es tarde para quien conserva la sed de aprender, de conocer; la tecnología posibilita la creación de herramientas que facilitan el trabajo del hombre; a fin de cuentas, todo la obra del ser humano, llámese arte o tecnología, nos acerca, nos reconcilia, nos hace reconocernos, como en el caso de mis nietos y Los Beatles y mi propio descubrimiento de alguien que es capaz de convertirse en ejemplo a los 75 años.

"Imagine all the people, living life in peace." (John Lennon)

"There's a crack, a crack in everything;

That's how the light gets in." (Leonard Cohen)

¡Feliz Año 2010!

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