Vocación. Isaac Solís Cevallos refiere tener una profunda vocación por los niños y su salud, tanto física como emocional. EL SIGLO DE TORREÓN / MA. ELENA HOLGUÍN Humanismo. Ever Cueto Domínguez considera muy importante retomar el sentido humanista de la Medicina.
Sólo 15 días bastaron para conocer su vocación: los niños
Al doctor Isaac Solís Cevallos le bastaron los primeros quince días del internado para encontrar su real vocación: los niños.
Su inclinación inicial hacia la Ginecología y la mala experiencia que tuvo con el médico que impartía la clase de pediatría en la carrera -"una persona negativa que me transmitía rechazo por la especialidad"- quedaron atrás desde el primer momento, porque, según refiere, "desde entonces amo a los niños y he aprendido mucho de ellos".
Los padres de sus pacientes lo consideran uno de los mejores por su diagnóstico certero gracias al nivel de comunicación que logra entablar con los pequeños.
"Creo que en ocasiones los niños son despreciados por los propios médicos generales y les parece difícil tratarlos, quizá porque los más pequeños no pueden expresar lo que sienten, más que llorando".
Solís expresa que apenas entran al consultorio, es capaz de detectar en su mirada y expresión facial si los niños están contentos, tienen miedo, malestar, dolor o si alguien les está provocando algún daño.
El secreto, dice, está en dedicarles el tiempo necesario; tratarlos como personas que piensan y no como seres pequeñitos a los que hay que hablarles en diminutivo, cuyo error, dice, los padres cometen con frecuencia.
"Les hablo de usted, platico con ellos y me doy cuenta que perciben muchas cosas de la vida y de quienes les rodean, mucho más de lo que podemos imaginar".
El pediatra señala que si tan sólo los adultos comprendiéramos que el niño es una persona que merece respeto "haríamos ciudadanos de primera, pero por el contrario, en ocasiones hacemos como que en la casa no existen, no los tomamos en cuenta".
Solís Cevallos refiere también que una de las mejores experiencias de vida que puede tener un médico es atender a niños y niñas con problemas de salud serios, como un cáncer o una enfermedad incurable.
"Nadie se imagina la fortaleza con la que sacan adelante su situación, con la que la enfrentan, y sí, ellos saben identificar el momento en que van a morir".
Atendiendo a los pequeños desde 1997, el doctor Isaac Solís dice que en la actualidad los infantes han perdido contacto con muchas cosas que les rodean, pero es necesario que desde la familia se retomen las cuestiones simples e importantes de la vida, como jugar con ellos, hablarles, saber cómo se sienten y atenderlos uno mismo y no delegar la responsabilidad a nadie más.
"Creo que su educación no está en el mejor colegio, ni el valor de nuestra atención debe estar en el celular o el juguete más caro; hay que formarlos y educarlos en nuestro regazo".
Los primeros cinco años en la vida de un niño son fundamentales en su educación, salud y formación, y si no se les brinda, "los padres pueden darlos por perdidos".
Pediatra
MA. ELENA HOLGUÍN
EL SIGLO DE TORREÓN
Su vocación se cristalizó con el doctorado en Toxicología
Gonzalo García Vargas tiene la satisfacción personal de que su labor de investigación, otra cara importante de la Medicina, ha tenido resultados en un impacto o beneficio social.
Desde que cursaba la maestría en Biología Celular en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), tuvo mucho interés por participar en investigaciones relacionadas con el medio ambiente y su influencia en la salud humana.
Esta vocación se cristalizó con el doctorado en Toxicología que cursó en Inglaterra (1994), a partir del cual se ha dedicado a desarrollar proyectos de investigación partiendo de que "los humanos somos parte de un ecosistema cuyas alteraciones en sus componentes nos afectará de una u otra manera".
La mayor parte de su labor de investigación se ha dirigido a los efectos del arsénico en la salud de las personas expuestas en altas y bajas concentraciones, demostrando su existencia en el agua que se destina al consumo humano.
Otra parte es el trabajo de asesoría honoraria en los estudios para la identificación de los efectos de la contaminación por plomo emitida por la empresa metalúrgica Peñoles en la salud de los infantes, los cuales se desarrollaron en los noventas.
Gracias a esta labor de investigación, señala, se pudo conocer la magnitud del problema, el cual no se ha terminado del todo pero el control que se generó a partir de entonces por parte de la empresa y de las dependencias de salud ha sido tal que ha permitido mantener las concentraciones de plomo en la sangre de la población infantil dentro de las normas.
Para García Vargas, el tema de la contaminación por arsénico es mucho más complejo, pues a diferencia de la contaminación por plomo, no está focalizado en un área específica de la región y por esta misma razón debe seguirse trabajando hasta encontrar una solución.
Además de la satisfacción de ver reflejado su trabajo en un beneficio para la gente, García Vargas ha aportado mucho en crear las condiciones para formar a médicos especializados con el doctorado en Ciencias Biomédicas que se imparte en la Facultad de Medicina y que, por cierto, forma parte ya del Programa Nacional de Posgrados de Calidad del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, el Conacyt.
La generación de recursos humanos capaces y preparados, que contribuyan a un mayor trabajo de investigación, debe ser prioridad en las instituciones educativas de nivel superior, señala, aunque también falta que se destine más presupuesto.
Desde el 2000 los recursos del Conacyt no se han incrementado pero sí ha crecido el número de investigaciones y proyectos, así como las solicitudes de becas de estudiantes de posgrado.
García Vargas ha publicado 36 artículos internacionales resultantes de su trabajo de investigación.
DR. GONZALO GARCÍA VARGAS Toxicólogo, investigador de la UJED.
La Medicina interna no está en peligro de extinción.
Aunque muchos de sus colegas la consideran una especialidad en peligro de extinción, la Medicina Interna tiene mucho mayor auge a diferencia de hace algunos años porque, según refiere el doctor Ever Cueto Domínguez "la gente ahora se preocupa más por su salud y hace todo lo necesario para encontrar el origen de sus problemas y sentirse bien".
El especialista optó por esta área de la Medicina porque, según dice, es una de las más completas porque aborda al paciente de manera integral.
En muchos casos, las personas no logran encontrar el origen de algún malestar recurrente y es entonces cuando deben ser valorados de manera integral.
Para quienes se dedican a dicha especialidad, es muy satisfactorio detectar lo que está funcionando mal y a la vez provoca que otros órganos o partes del cuerpo se vean afectadas, pues sólo a través de ello el paciente logra alcanzar un estado de salud óptimo.
Ever Cueto reconoce que sin embargo, la frustración es de iguales o mayores dimensiones que la satisfacción cuando no se dan las condiciones para un diagnóstico adecuado.
"Es muy difícil tener que aceptar que en ciertos casos no podemos darle a la persona un tratamiento, una esperanza de vivir mejor aunque hagamos todo lo que está en nuestras manos".
Cueto se considera un médico tradicional y por lo mismo, procura tener un contacto más cercano con sus pacientes, a diferencia de quienes le precedieron y pudieran estar más inclinados hacia el uso de nuevas tecnologías que a la labor clínica.
Y es que según considera, el exceso de tecnología ha influido en la pérdida del espíritu humanista que debe conservar todo médico, pues en esa medida se ha ido descuidando la relación directa con el paciente: en lugar de escucharlo, se observan las radiografías o se profundiza en los estudios.
"No digo que sea malo, por el contrario es muy útil porque la Medicina ha avanzado mucho, pero es necesario establecer un equilibrio".
Para el especialista, titulado desde 1982, el panorama epidemiológico se ha transformado en tal medida que sus pacientes son cada vez más jóvenes. Hasta hace algunos años, dice, las personas de edades avanzadas eran quienes padecían del corazón, diabetes u otras alteraciones de tipo crónico.
Otro de los aspectos importantes en la vida de un médico, es transmitir sus conocimientos y experiencias a quienes se preparan, precisamente porque hace falta retomar todo ese humanismo que se ha ido perdiendo y tratar de fomentarlo en las nuevas generaciones de médicos.
En cierta forma, la inclusión de un mayor número de mujeres a la carrera de Medicina compensa parte de esa pérdida humanística, de lo cual "me siento muy orgulloso en contribuir", como maestro de la UJED.
DR. EVER CUETO DOMÍNGUEZ
Médico internista