En alarde de ineptitud, falta de tablas, inmadurez y demás etcéteras, el director general de Petróleos Mexicanos, Juan José Suárez Coppel, desaprovechó la semana pasada la oportunidad de su vida: Obtener el apoyo del sector privado para exigir al Gobierno apuntalar a la empresa pública.
Programado el jueves pasado como figura estelar de un evento convocado por el Club de Industriales ("Retos y Oportunidades de Pemex"), paradójicamente la gran pasarela política en los tiempos que corren, el funcionario provocó el bostezo de la concurrencia al leer con desgano un viejo texto conocido de memoria por la mayoría de los asistentes.
Se diría que estaba dictando una aburrida clase en la más oscura escuela patito del país.
La desilusión llegó al clímax cuando el anfitrión, José Carral, anunció que el invitado no aceptaría preguntas.
Del tamaño del fiasco hablan los susurros casi unánimes que en conjunto parecían rugidos: ¡Qué renuncie! ¡Qué renuncie!
Algunos buscaban cojines en las sillas para lanzarlos al ruedo en la feria de la furia.
La paradoja del caso es que el coso estaba a reventar. Se diría que se trataba del candidato en punta de las encuestas a la silla presidencial. Ahí estaban, codo a codo con la cúpula oficial del sector, los presidentes de las principales empresas constructoras del país.
La lista llenaría varias páginas de la revista "Expansión", en un ramillete de nombres y razones sociales: ICA, IDEAL, Exxon, Dragados, Grupo R, Grupo Mexicano de Desarrollo, Transportación Marítima Mexicana, OHL...
Más allá, el Colegio de Ingenieros, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Canacintra, la Asociación Nacional de la Industria Química, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, Nacional Financiera, Banamex, Bancomer, Protego...
En el largo desfile, además, el impulsor del funcionario en la posición, es decir el presidente de la Telefónica México y ex secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz; el ex diputado Francisco Suárez Dávila y, el ex director general de la paraestatal, Luis Ramírez Corzo, ahora como asesor de Suárez Coppel.
El grosor del tumulto, que amenazaba portazo, obligó a rechazar a decenas de convocados.
Ahora que la desilusión sobre los tamaños del funcionario empezó a crecer justo al abrir su disertación, ignorando la presencia de la secretaria de Energía, Georgina Kessel, y soslayando la de los presidentes de empresas que han mantenido por años relaciones de negocios con la paraestatal.
Lo demás fue lo de menos, al centrar su lectura insípida el funcionario en los problemas internos de la empresa, por ejemplo el pasivo laboral, cuyo crecimiento ha sido explosivo, alcanzando ya 650 mil millones de pesos.
De acuerdo al funcionario, la fórmula mágica para enfrentar el problema sería la individualización de las plazas, además, naturalmente, de aumentar la edad de jubilación y duplicar las aportaciones de los trabajadores al fondo del retiro.
Naturalmente, Suárez Coppel dejó de lado las pérdidas de 150 mil millones de pesos que acumula la paraestatal; el sobreendeudamiento que la coloca en un escenario de quiebra técnica; la dramática declinación de los yacimientos estelares; la caída acelerada de las reservas...
Lo más trascendente que mencionó, en tal caso, fue la posibilidad de que ahora sí, en el 2011, se emitan los llamados bonos ciudadanos que se abrirían como una ventana de oportunidades para los fondos de las Administradoras de Ahorro para el Retiro.
El problema es que no mencionó la fórmula mágica para garantizar un rendimiento razonable que les diera algún atractivo, ni justificó el retraso para su lanzamiento, tras haber sido aprobada la posibilidad por el Congreso.
Ahora que la concurrencia esperaba alternativas para restituir reservas; para hacer viables los contratos incentivados o los de larga duración; la posibilidad de participación privada en la distribución de combustibles; las fórmulas para reconstruir la industria petroquímica; las vías para garantizar el flujo de recursos de inversión...
Auditorio gigante. Orador chiquito.
Algunos de los asistentes fueron a la taquilla a pedir devolución de las entradas.
BALANCE GENERAL
Esta mañana el pleno del Senado votará por el sí o no a la Ley de Asociaciones Público-Privadas que le abre la puerta a los particulares para participar ya no sólo en la construcción, sino en la explotación de infraestructura, con garantía para un retorno rápido de la inversión.
El escenario abarca desde prisiones hasta carreteras, pasando por centrales hidroeléctricas, termoeléctricas y plantas de ciclo combinado, para llegar a puertos y aeropuertos.
Se diría que estamos en la posibilidad de un seguido acto, tras un año de la desaparición por Decreto Presidencial de Luz y Fuerza del Centro, al plantearse la regularización de contratistas que realizan la función que tenía ésta.
En alguna forma, pues, de aprobarse por mayoría el ordenamiento, se le estaría dando la vuelta a la declaración de inconstitucionalidad de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica dictada por la Suprema Corte de Justicia.
Privatización total, pues.
INSISTE IUSACELL
Firme el dedo en el renglón, Iusacell logró que el juez Segundo de Distrito en Materia de Amparo y de Juicios Civiles Federales en el Estado de México, con sede en Toluca, emitiera una suspensión provisional que le impide al binomio Televisa-Nextel operar la concesión otorgada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para una red nacional de telefonía celular en la banda de 1.7 gigahercios.
La resolución plantea el paréntesis en tanto se desahoga un juicio que evaluar la justeza en las bases de la licitación 21 que le abrieran el camino al consorcio para sentarse, sin rival al frente, en la primera postura de la subasta por 180.3 millones de pesos.
En paralelo, Iusacell interpuso un amparo B ante el juez 16 de Distrito de Córdoba, Veracruz, en cuyas telas se planteó un incidente de violación de una suspensión que impedía concluir el proceso de entrega de los títulos de concesión al consorcio señalado.
Dicho con todas las letras, se trata de demostrar que hubo desacato por parte del secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas.
CRECE SLIM
Mientras se celebraba la boda de su hijo mayor con una nieta de los actores María Elena Marqués y Miguel Torruco, el magnate Carlos Slim cerraba una audaz operación: la compra por parte de su firma hemisférica, América Móvil, de 143.8 millones de acciones de la mayor operadora de televisión por cable de Brasil, Net.
El monto de la operación arañó los dos mil millones de dólares.
Bajo el marco Slim podrá acceder al cuádruple play en la nación del cono sur, es decir la posibilidad que se le niega en México.
La posibilidad de control total se alcanzaría en las próximas semanas, cuando el Congreso de Brasil apruebe una reforma que permitiría la participación mayoritaria del capital extranjero en empresas de televisión por cable.
