FICG 25 Años de evolución
GUADALAJARA, JAL. A lo largo de 25 años, se puede decir que el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, el cual nació como Muestra de Cine Mexicano, se ha desarrollado en momentos marcados por diversos estilos y temáticas dentro de la cinematografía nacional, divisibles en las tres últimas décadas.
Mientras a finales de los 80 con la Muestra se abría un espacio para la reunión y el diálogo, en la mitad de los 90 la fiesta fílmica dio el salto a un evento de mayor peso latinoamericano e iberoamericano.
Los 2000 se han distinguido por la presentación de cine alternativo y documental, en un Festival de grandes dimensiones que sigue sumando a la cultura cinéfila.
LOS 80
La baja calidad de producción y la repetición de burdos modelos fue la marca del cine de los 80.
No obstante, en paralelo a un cine independiente que buscaba caminos alternativos: El Diablo y la Dama de Ariel Zúñiga, La Víspera de Alejandro Pelayo, El Día que Murió Pedro Infante, de Claudio Isaac, Doña Herlinda y su Hijo, de Jaime Humberto Hermosillo, o aquél realizado por cineastas consagrados de los 70 como: Arturo Ripstein (El Imperio de la Fortuna), Felipe Cazals (Los Motivos de Luz), Paul Leduc (Frida), Alberto Bojórquez (Retrato de una Mujer Casada), entre otros, surgía en el panorama de la cultura cinéfila nacional un experimento atractivo que desarrollaría un buen espacio para la exhibición y promoción de nuestro cine y un ambiente de reunión y diálogo.
En 1986, el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, originalmente Muestra de Cine Mexicano, promovido por Jaime Humberto Hermosillo -coordinador de las tres primeras emisiones-, el investigador Emilio García Riera y Raúl Padilla, propuso un evento íntimo y entusiasta. Un festival de amigos y cinéfilos a través de un cine alternativo, avalado por cineastas de renombre, a los que se sumaban realizadores surgidos de las escuelas de cine.
LOS 90
Mario Aguiñaga Ortuño, sin duda uno de los mejores coordinadores tomaba la estafeta. Entre 1990 y 1995, Aguiñaga dio una apertura importante a la prensa y a la crítica de cine de todas las tendencias y pugnó por un cine más democrático, que pudiera mezclar todo tipo de estilos y alcances.
Es decir: la Muestra proponía experimentos arriesgados como Tequila, de Rubén Gámez; Cabeza de Vaca, de Nicolás Echeverría, o Retorno a Aztlán, de Juan Mora y obras de éxito como Rojo Amanecer y El Callejón de los Milagros de Jorge Fons, o los thrillers inspirados en Paco Ignacio Taibo II a cargo de Carlos García Agraz.
La primera mitad de los 90 impuso un ambiente cálido en el que uno podía toparse con figuras que empezaban a destacar como: Salma Hayek, Damián Alcázar, Demián Bichir, Alonso Echánove. Pero principalmente, el Festival lanzaba a futuras personalidades como Gabriel Retes o Hermosillo, quienes tomaban un importante segundo aire en los 90 y en especial, Carlos Carrera, Luis Estrada, Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro.
Sin embargo, la segunda mitad de los 90 con nuevos coordinadores, dio un vuelco severo. El Festival dejaba de ser un espacio íntimo para perderse en distintas sedes cada vez más distantes y se orientaba más hacia una Muestra de mayor peso latinoamericano e iberoamericano, al tiempo que surgían nuevas figuras como las de Carlos Bolado e iniciaba la entronización del documental mexicano con ¿Quién diablos es Juliette?, de Carlos Marcovich.
EL NUEVO MILENIO
Tanto Guillermo Vaidovits, como la joven Kenya Márquez y Jorge Sánchez, coordinadores del Festival en la década de 2000, pugnaron por otorgarle mayor peso a ese cine alternativo localizado en el cortometraje y el documental (Gabriel Orozco, Trópico de Cáncer, 1973, De Nadie, En el Hoyo y más). Para entonces, el evento era ya un monstruo difícil de controlar entre tantos invitados, prensa, sedes y películas.
Un peso repartido entre el cine latinoamericano, extranjero y un cine nacional que ha dado seguimiento a realizadores como Alberto Cortés, Marisa Sistach, Pepe Buil y ha visto crecer a personalidades jóvenes como: Carlos Reygadas, Rodrigo Plá, Fernando Eimbcke, Julián Hernández, Jesús Mario Lozano, Ernesto Contreras, José Manuel Cravioto, Emilio Portes y otros.
El proceso ha sido largo y difícil, a 25 años, el Festival Internacional tapatío ha tenido situaciones buenas, complicadas y otras vergonzosas, pero Guadalajara ha sacado adelante un proyecto necesario para la cultura cinéfila. Ha sido un camino arduo, siempre arriesgado y sin embargo, alentador para las nuevas generaciones.
Alcázar, con algo de nostalgia
Si Damián Alcázar tuviera poder de decisión sobre el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, lo depuraría, le quitaría el vestido de gala y le montaría uno más sencillo, uno más cercano a las audiencias, vaya, como era cuando él conoció a este encuentro como muestra.
"En general, era muy disfrutable, era un festival pequeño, muy personalizado y uno siempre se sentía muy bien con la gente, con los jóvenes sobre todo, hablando de cine, presentando las películas, y después de la película, la plática con la audiencia", echa de menos Alcázar.
"Hace mucho tiempo que no vengo y sé que eso ha cambiado mucho porque se hizo una enorme fiesta en donde ya se pierde todo el mundo y se hace más general".
Ahora estará aquí de la mano del director Carlos Carrera con quien trabajó en el filme De la Infancia, programado dentro de las proyecciones de la edición 25, y ya tendrá tiempo de comprobar punto por punto en qué se diferencia lo que ahora llaman festival con la reunión fílmica de antaño donde se podía asistir a ponencias con el ya fallecido historiador del cine nacional, Emilio García Riera.
Alcázar insiste en que lo sustancial de esto debe seguir siendo la promoción del cine mexicano en primera instancia y de sus contrapartes iberoamericanos en segundo lugar, una tarea que se ha vuelto menos rigurosa desde que se pasó al ámbito internacional.
"Lamento mucho que se haya perdido el foco en el cine mexicano porque siempre es maravilloso ver cine de todo el mundo, pero ya había muchísimas muestras y éste tenía la peculiaridad de ser especial para el cine mexicano que lo necesitaba y lo sigue necesitando",