En esa como en otras tardes salió a derrochar arte y valor con su diferente forma de transmitir, expresar y vivir el toreo, con valor reafirmó el por qué se considera a José Tomás el último torero leyenda, la piedra angular del toreo moderno, el antes y el después.
Nacido en el año de 1975, oriundo de Galapagar, en la sierra de Madrid. Creció en el seno de una familia que hizo su dinero con el ganado manso y las fincas obtenidas con el trabajo de su abuelo "Celestino", quien desde los 10 años alimentara el ferviente deseo en José Tomás por ser torero.
Hoy por hoy considerado una de las más grandes figuras del toreo moderno y en la historia del mundo entero, de estilo osado, valiente y con desprecio a la muerte, de enormes cualidades al torear al natural, con enorme capacidad de dominio sobre su enemigo. Poseedor de una gran habilidad con el acero (de lo que muchos de novilleros a toreros actualmente adolecen).
1997 debutó como matador en Las Ventas, durante la Feria de San Isidro, saliendo a hombros y por la puerta grande, ante el delirio de los aficionados, cautivados por su valor y estilo. En el 2002 sacudió al mundo taurino con el anuncio de su retiro, pausando su carrera por espacio de cinco años.
Luego de un lustro de ausencia y silencio, en el 2007 optó por su regreso. Tal y como se fue volvió José Tomás con su don natural de escalofriante y temerario valor, siendo capaz de entusiasmar nuevamente a los más exigentes aficionados de todos los ruedos.
En una entrevista manifestaba que volvía porque "vivir sin torear no es vivir". Hecho que generó gran expectación, enloqueciendo a la afición que se frotaba las manos en espera de apreciar nuevamente la pureza y autenticidad incomparables del diestro de Galapagar.
Morir antes que rectificar terrenos y dar un paso atrás. Esa es la filosofía del bien nombrado fenómeno de Galapagar, quien con triunfo y sangre coronara la última de sus presentaciones en la Monumental de Aguascalientes.
México forma parte fundamental en la historia del torero español, de joven emigró de Iberia a nuestro país en busca de sus sueños, escapando a los cánones establecidos con los cuales él no estaba de acuerdo, por un tiempo andando la legua en la escuela inferior, en su paso de novillero, hasta llegar a graduarse en su tierra como matador.
El hidrocálido Estado mexicano tiene un significado especial, siendo luz y sombra para el príncipe de Galapagar, en su Plaza Monumental, en la que por poco se le escapa la vida. Hace 16 años sufrió una cornada similar.
Las verdaderas figuras del toreo guardan misteriosos secretos, y su alma los proyecta al momento de la lidia, conectando con el tendido e invitándolos a sentir, a comulgar con su faena, envolviendo al aficionado con su artística sinfonía, expresando en cada momento lo que su corazón y su espíritu llevan dentro.
José Tomás, de tendencia a la soledad y la meditación, callado y solitario. Admirador de Manolete y de Antonio Ordóñez, de quienes ha de tomar ejemplo a la hora de torear, sin el deseo de imitación, pues en su toreo él lo rubrica con su sello personal, misterioso, valiente, coronado así como su majestad del toreo.
A unos días del gran percance ocurrido en suelo azteca, agradecemos al Eterno que el torero se encuentre en franca mejoría y con la ilusión de regresar a los ruedos. ¡Por Dios! ¿De qué están hechos los toreros? Situaciones que la vida de José Tomás con honda huella va marcando. Pues como se vive se torea, predice el viejo y conocido adagio.
Ulisesrivera7@yahoo.es