Festejen ustedes
¿Independencia? ¿P´os cuál? Si la tal Independencia la hicieron los criollos y gachupines para no convidar la corona del robo de tierras y explotación de aborígenes, lo cual a la fecha no ha cambiado mucho.
Así pues festejen ustedes. Los que tienen grandes y jugosos motivos para festejar la dichosa Independencia, por favor enciérrense a festejar en las cámaras, señores diputados, senadores y en Los Pinos, también con los dueños de los partidos y de los sindicatos de educación de primaria a universidades públicas, también los de Pemex o CFE festejen descaradamente que tienen además del chivo asegurado y el de su parentela sin que nadie los llame a cuentas, también. Ustedes señores banqueros griten ¡Viva México! donde se pueden cometer agio y fechorías a diestra y siniestra como el Fobaproa o ustedes señores inútiles maestros del chantaje como el señor Fernández Noroña o el tal Camacho Solís, por supuesto el señor Peje; griten todos al unísono ¡Viva México!, independiente, pero por lo que más quieran no nos conviden de su júbilo porque suena a burla en los miles de hogares donde se carece de trabajo y de todo. En donde no ha llegado la Independencia menos la Revolución.
Vayan señores diputados a recibir el trato de indigentes, no de derechohabientes que ricibimos los que necesitamos del IMSS.
Vayan señores de la fiesta de Independencia a madrugar para conseguir cita de tres meses después o llevar un cuchillo en la espalda para poder hacer cola en urgencias y lo vean morirse en público y en el suelo porque se carece hasta de camillas y no se le ocurra ir al baño porque parece barquillo de a peso.
Luego hagan cola dos días para que le den una medicina de cuestionable alivio.
Vayan señores de la fiesta a transitar a pie o en bicicleta, llenando solicitudes de trabajo con el desconsuelo de no encontrar.
O bien vayan a surtir despensa familiar con un salario de 500 pesos a la semana.
Así pues festejen ustedes y que su conciencia se los demande, porque la pobre patria sí se los demanda pero la ignoran.
Y por lo que más quieran, que la cuenta de los spots y anuncios no la pague el erario.
Son libres de gritar su júbilo a tambor batiente, pero así como de su ronco pecho desborda la alegría de la Independencia, desborde su bolsillo para el pago de esta alharaca.
Y festejen el Bicentenario como Don Porfirio festejó el Centenario.
Arturo Pedro Salas Juárez,
Torreón, Coahuila.