Año de engaños y daños
Al inicio de 2009 se dijo que nuestra economía estaba fuerte y sana, después del “catarrito” que le dio al terminar 2008. Ese “catarrito” resultó peor que neumonía.
Luego se habló de un “hoyito” en las finanzas del país. Hace unas semanas se descubrió que es un “boquetón” de más de 100 millones.
En abril de 2009, se reinventó y asustó con la mortalidad de la influenza. Expertos afirman que fue para beneficiar a farmacéuticos. Pues, a muchos ni cosquillas hizo, hizo más daño el pánico que se causó.
En mayo del mismo año, se anunció que para el tercer trimestre del año, el “catarrito” ya habría pasado y tendríamos una franca recuperación de la economía.
Luego se nos volvió a asustar con un brote inminente e intenso para mediados de abril. Para prevenir, el Gobierno pidió un gran préstamo y compró millones de vacunas para evitar quiebras de empresas, dijo: contingencia provocada por la influenza. Pero no pasó nada. Expertos afirman que somos inmunes al virus.
Para despedir 2009, se anunció que no habría aumento en impuestos. Y, ¡sopas!, apareció el “gasolinazo” y sus secuelas.
Estos engaños dejan ver la ineptitud e incompetencia de los políticos, que piensan que sólo con engaños se puede gobernar y activar la economía de nuestro país.
Lo preocupante: si con engaños no hubo activación, espero que no intenten la misma metodología, si no 2010 será el año de engaño y daños.
Eduardo González Caldera,
Torreón, Coahuila.
***
Los buenos y los malos
Hasta el hartazgo se nos ha taladrado el cerebro, ya que por generaciones se nos ha alimentado información vía películas, noticieros, prensa escrita y por todos los medios posibles para hacernos creer que los norteamericanos -precisando mejor, los estadounidenses- son los “good guys”, los buenos de la película y por supuesto, de la vida real.
Los ganadores de las guerras y los poderosos escriben, difunden y manipulan a su antojo la versión de la “historia” de acuerdo a su conveniencia e intereses, salvaguardando su heroica y estoica imagen como en la reciente película “zona de miedo” ambientada en Irak, donde los norteamericanos como siempre, figuran como héroes y valientes, dejando a un lado la realidad de que se encuentran invadiendo una nación en nombre de la “defensa de la democracia” cuya población con su religión, usos y costumbres musulmanas ancestrales se resiste a claudicar, satanizándolos y con ello persiguiendo claramente un consenso de aprobación para justificarse ante la opinión pública mundial.
El actual conflicto bélico en Irak, que ya ha costado miles de vidas humanas en ambos bandos, tiene por objetivo el control de la importante producción petrolera de esa región, que en un principio fue “justificado” con el pretexto de la supuesta intención de producir y tener armas de destrucción masiva en ese país por que representaría un grave peligro para esa región y para el mundo, que a la postre se confirmó su inexistencia.
Francisco Benavides Beyer.
Torreón, Coahuila