El IVA va y los cuarenta ladrones
No salgo de mi asombro, cuando creo que lo que he visto es lo peor del descaro, con sorpresa y rabia me entero que aún no es suficiente.
El año pasado con coraje y frustración vimos cómo el presidente incumplió con su palabra de no incrementar los impuestos, y para sorpresa de propios y extraños, nos castigó con una serie de impuestos que ya son insostenibles para el pueblo y los empresarios.
Así pues me molesté por el incumplimiento de quien está obligado a ser ejemplo de honestidad, trabajo, seriedad, responsabilidad, etc. (qué ingenuo, ¿no?).
En fin, me pasó este coraje y el secretario de Hacienda en turno (sí el señor “gordito”, el del “catarrito”) nos dijo que el aumento de los impuestos era para cubrir “el boquete en las finanzas”, y después de un mega-show fueron aprobados dichos incrementos a impuestos, así como la generación de nuevos impuestos.
Después nos enteramos que el “gordito” de Hacienda nos había mentido, que en realidad no era tan grande el boquete a las finanzas, pero eso sí, palo dado ni Dios lo quita, y ahora que se supo la realidad se le premió dándole otro puesto más importante en el Gobierno, a aquel que dijo “estoy para servir al señor presidente”. ¿Acaso olvida que está para servir a México por encima de cualquier figura política o intereses?
En los países verdaderamente democráticos, una mentira de esa naturaleza sería suficiente razón para echarlo a la calle, dictarle pena de muerte, o bien, que como en Asia, el mismo político por vergüenza (señor político, por favor consulte un diccionario para saber su significado) y honor, ya se hubiera suicidado.
Pues bien, ahora el pueblo ha de pagar los impuestos para mantener a la clase política del asco, así como a un grupo poderoso de empresas que no sólo no han pagado impuestos, sino que además se les da trato preferencial y facilidades de pago en “abonos chiquitos”, mientras el pequeño contribuyente (usted, yo, su vecino, etc.) es tratado como delincuente, con amenazas de embargo o cárcel.
Bueno, apenas salía de mi asombro y resulta que la bomba ahora explotó porque nuestros lindísimos políticos habían pactado en lo oscurito el aprobar el aumento del IVA a cambio de no afectar sus intereses políticos al “pactar” no “participar en bola en los comicios”, es decir, no hacer alianzas que afectaran al PRI.
Como ladrones del cuento de “Alí Babá y los cuarenta ladrones” actuaron, mintiendo al pueblo que les mantiene, diciendo casi desgarrándose las vestiduras, que el aumento era necesario, aunque doloroso. Sí chucha, y ahora nos damos cuenta que durante su pacto entre padrinos de mafias, el pueblo es lo último que importa.
Y como era de esperarse, los ladrones no tienen palabra, así como entre gitanos no se leen las manos, explotó la bomba mostrando que el señorito Nava, no tiene palabra. Ahora se molestan los priistas de que los panistas no les cumplan lo pactado, ah, eso sí, con testigo de honor, como quien dice, testigo de lujo, nada menos que el secretario de Gobernación.
En fin, que para ser políticos pareciera ser indispensable ser reyes de los antivalores.
Pobre México, tan rico en recursos naturales y tan pobre en políticos.
(Carta resumida)
Jesús García B.
Torreón, Coahuila.
