Tres ilusiones
El caos, anarquía, subdesarrollo, violencia y demás flagelos presentes que están desarticulando nuestra patria, más los futuros que vendrán potencializados y mucho más incontrolables en caso de seguir con las mismas políticas vigentes que permiten ser trastocadas por la corrupción, deidad ancestral que hunde, afecta y hasta controla, aceptémoslo o no, la vida de todos los mexicanos y que se constituye en la madre de la gravísima e inédita problemática nacional.
He tenido tres ilusiones que a la postre se convirtieron en total decepción: la primera: fue cuando los empresarios incursionaron en la política y en la administración gubernamental. Me esperancé creyendo que, como provenían de “buena cuna”, con una posición económica sólida y hasta envidiable, con altos grados y posgrados académicos, con estudios en universidades locales y extranjeras, creyendo, en virtud de que sus necesidades económicas estaban más que satisfechas, que su ingreso a la Administración pública obedecía a una vocación genuina de servicio y autorrealización... pero no fue así, muchos entraron a la vorágine del “sistema” para generar más negocios y proteger e incrementar sus capitales e intereses.
La segunda fue cuando el presidente Fox asumió el cargo de primer presidente democrático de México de la modernidad. Consideré que tenía todo de su favor para cambiar el estado de cosas: total simpatía y respaldo de todos los sectores de la población para ejercer el anhelado cambio... pero no fue así. En mi concepto fueron dos Fox muy diferentes: el candidato y el presidente.
La tercera fue cuando ilusamente pensé que los norteamericanos por necesidad imperiosa de extinguir el incendio en la casa de su vecino, y no con el afán de solidaridad, sino únicamente para evitar que se incendiara la suya, intervendrían de alguna manera con esa intención... pero no fue así ya que a todas luces parece que se ven beneficiados con el caos y la debacle de nuestra nación.
La única posibilidad que dolorosamente se ve muy lejana que tenemos los mexicanos para salir de esta terrible zona de turbulencia en que nos encontramos y detener su desplome es aplicarnos sociedad y gobierno modificando nuestras actitudes negativas y efectuar cambios sustanciales en todos los órdenes, ya que el actual sistema no es acorde a las necesidades y problemática presentes.
Debemos estar conscientes que si queremos resultados diferentes, debemos dar un golpe de timón y actuar de manera diferente.
Francisco Benavides Beyer.
Cuernavaca Mor.
