Bienvenida la nueva comunidad haitiana
México externa su apoyo a los afectados por el terremoto del pasado 12 de enero. La semana pasada en la Ciudad de México se autorizó la internación de 68 haitianos, que llegaron al país con el fin de reunificarse con familiares. Con esto el país da asilo a una nueva comunidad de migrantes extranjeros, además de las existentes.
México ha recibido una gran cantidad de migrantes, principalmente por situaciones de crisis políticas. Durante la dictadura franquista en España, llegó al país una nueva comunidad española, también se encuentra la comunidad judía, que encontraron asilo político en México, durante la Segunda Guerra Mundial. Finalmente la gran cantidad de refugiados que surgieron por los múltiples golpes de Estado y dictaduras en América Latina.
Sólo queda esperar que las condiciones en que se dé el asentamiento de los haitianos, sea igual o parecida que las anteriores. Que encuentren en México el lugar para hacer realidad sus sueños y que de nuestra tierra puedan sacar las herramientas necesarias para reconstruir sus vidas. Pero sobre todo, que en el pueblo mexicano aflore su naturaleza solidaria y tolerante que nos distingue, para abrazar a nuestros nuevos vecinos que llegaron en busca de una nueva oportunidad.
Alma Nacheli De Ávila Aguilar.
Torreón, Coahuila.
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Cloacas inútiles
En México en todas sus latitudes día con día, se destapan cloacas y son publicadas por los medios que ejercen su función con objetividad y libertad. Éstas que generan escándalos a nivel nacional e internacional derivadas de la monumental corrupción existente en todos los niveles de Gobierno, sacando a la luz fraudes, quebrantos, tráfico de influencias y malos manejos, factores que mantienen injustamente a nuestro país -con su envidiable riqueza e importantísimos recursos- sumergido en un estado deplorable y de agonía y lo que es peor, sin una luz de esperanza.
El cinismo es mayúsculo, ya que los “castigos” y las penas para esos delincuentes de cuello blanco son prácticamente ficticias y ridículas -como la inhabilitación de funciones, que es verdaderamente irrisoria- ya que muchas de las leyes fueron, en apariencia, hechas, no para ejercer coacción, sino con toda intención para su protección, sin tomar en cuenta que los delitos que lesionan el patrimonio público generan pobreza, miseria, sufrimiento y miles de muertes por hambre, desnutrición e ignorancia por lo que las penas deberían aplicarse en razón de sus consecuencias.
Llegó con urgencia el momento de concientizarnos para cambiar a México e impulsar el surgimiento de la ética y la honestidad, desalentando la corrupción y el egoísmo que nos permea y nos colapsa.
Francisco Benavides Beyer.
Torreón, Coahuila.
