Reto de grandes proporciones
En verdad que los padres de familia tenemos un reto de gigantes proporciones: formar hombres competitivos y de bien que contribuyan positivamente dentro de nuestra sociedad.
Muchos padres de familia creen que los colegios están para eso, suelen decir: “yo por eso los tengo en ese colegio, para que los eduquen”, no sabiendo que los valores fundamentales se aprenden en casa.
Es una realidad que la competencia mundial se recrudece cada vez más, de ahí la importancia de estar lo mejor preparados posible: un tercer idioma, dominio de diferentes programas computacionales, conocimientos de Tecnologías de Información, etc., además, un oficio específico siempre será una buena estrategia para épocas difíciles.
Con los medios de comunicación de la actualidad ya no se compite sólo en el mercado doméstico, se compite con el mundo entero. Un ingeniero de la India puede calcular una estructura para una empresa de Nueva York sin moverse de su lugar, un arquitecto del Japón puede diseñar una casa para un cliente de Australia sin siquiera conocerlo.
En estos momentos hay 60 millones de estudiantes universitarios en China, los mejores de éstos están preparándose en las universidades élite del mundo apoyados por su Gobierno, vienen con todo para seguir ganando espacios dentro de la gran aldea.
Las cosas en sí ni son buenas ni son malas, todo depende del uso que les demos. La Internet puede ser la más fabulosa y poderosa de las herramientas, pero también puede ser una fuente de adicciones, pérdida de tiempo y sentimientos de frustración.
Los padres de familia debemos de trabajar en concientizar a nuestros hijos de todo esto, así como es imprescindible marcarles límites y reglas, también es conveniente dejarlos vivir las consecuencias de sus decisiones… claro, sin dejar nunca de estar ahí cuando necesiten de una mano para levantarse y una palmada en la espalda que los motive a continuar intentándolo.
A nuestro país le urge gente buena, capaz y eficaz.
Jaime Díaz de León.
Torreón, Coahuila.
***
Descuido en áreas verdes
¿Por qué las autoridades dejan morir los encinos del bulevar Independencia?
Si administraciones pasadas invirtieron el dinero de nuestros impuestos embelleciendo los bulevares, ahora, la actual, sencillamente descuida eso que costó tiempo, dinero y esfuerzo. En pocas palabras: nuestro dinero va a la basura por capricho de quienes quieren deshacer lo que otros hicieron bien. ¿Han notado los encinos sembrados e intercalados entre las palmas datileras a lo largo del bulevar Independencia rumbo al Poniente y demás bulevares? ¡Se están secando porque no los han regado y, hasta el pasto, antes verde y abundante, está seco! Han pasado semanas sin que nadie se ocupe de ellos.
Los quieren dejar morir sin importar lo que costaron. Los encinos son delicados y no toleran la falta de agua; no esperan: se mueren. Eso es lo que está pasando. Estos hermosos e inmensos árboles de madera preciosa que embellecen la ciudad, que crecen siempre, que atraen el agua de lluvia y sombrean el pavimento recalentado por las temperaturas propias de nuestra región, necesitan con urgencia del agua para vivir, pero parece que a las autoridades no les importa porque no les ha de dejar la jugosa ganancia que, sin duda, les deja el negocio de la repavimentación.
Ricardo Martínez Oropeza
Torreón, Coah.
