Al que habla, Dios le oye
Hace unas semanas una amiga de la familia regresó de un viaje a Cancún. Venía cargada de conchas de muchos tipos que había recogido de una playa virgen a unos 40 kilómetros de Cancún. Eran regalos. Me hizo recordar que hace años, viajando con una novia española encontramos unas bellísimas playas vírgenes en Campeche.
Mari Jose me espetó como antiecológico al intentar recoger las conchas que, literalmente, cubrían el largo de la playa. Entonces no caía yo en la cuenta pero lo cierto es que la playa misma está conformada por la desintegración gradual de esas mismísimas conchas que a lo largo de los años eran ondeadas por la fuerza de las olas hasta ser reducidas a pequeñas partículas que forman parte de la arena.
Como todos los años, nuestra población urbana se convierte en población playera. La Semana Santa fechada por ser el domingo de resurrección el primer domingo después de la primera luna llena de la primavera y relevante para la mayoría de los cristianos.
En México literalmente se ha convertido en el éxodo a las playas del país y lo que no logró López Mateos hace varias décadas para intentar desarrollar nuestros más de 7 mil kilómetros de litoral, en cierta medida, lo ha logrado este período vacacional.
Estamos felices y orgullosos de lugares como Cancún planeado por el Gobierno Federal del odiado y genocida Echeverría, de Los Cabos, de Vallarta, de Huatulco y de muchos, muchos más. Dos datos relevantes que debiéramos saber:
1.- El porcentaje de la riqueza que genera Cancún, sólo por poner un ejemplo, y que permanece en el país es de alrededor del 2%. Repito dos por ciento.
2.- La destrucción ecológica en zonas de humedales trató de ser controlada mediante la norma 22 de la Secretaria del Medio Ambiente Recursos Naturales y Pesca (Semarnat). Les tomó a los científicos, tanto de la Semarnat como externos, y a muchas ONG’s ecologistas, 7 años para hacer las investigaciones pertinentes y dotar al país de una norma fiel a nuestras necesidades. Los humedales son precisamente las zonas de manglares que alimentan al ecosistema para la creación de barreras coralíferas y la génesis de algunas de las playas más bellas del mundo que afortunadamente tenemos.
Le tomó un plumazo al Gobierno de Fox en manos del cavernario Alberto Cárdenas Jiménez, entonces cabeza de esa Secretaría, hoy titular de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) y con los abundantes agradecimientos a su persona de empresas depredadoras como The Mayan Group, para destruirla y con ella la esperanza de cuidar la gallina de los huevos de oro; las envidiables playas mexicanas.
Esto explica como periódicamente desaparece la arena de las playas en Cancún y de lugares como Mismaloya en Jalisco. En ambos, la Norma 22 no había sido todavía puesta en efecto.
Hoy se permite la destrucción del entorno por Ley. ¡Arriba los mediocres!
El que no habla Dios no le oye.
Arq. Eduardo Bistráin
Torreón, Coah.
