Y ahora... ¿qué sigue?
Ya disipada la polvareda que causó el acuerdo PRI-PAN en el Estado de México, acaso sea válido hacer el recuento de los daños y la impresión que me causó fue la siguiente:
A raíz del famoso acuerdo cupular entre los partidazos en México, se destapó la cloaca y se abonó nuevamente al descrédito y la farsa, como si fuera poca la famita que nos cargamos los mexicanos en el mundo como uno de los países más corruptos que existen.
El acuerdo de marras pinta de cuerpo entero al sistema político mexicano, en donde la tranza, el trinquete, el chanchullo, el topillo, la simulación, las componendas, las concertacesiones y demás mañas siguen teniendo vigencia plena; donde las cosas no son lo que parecen, donde se le sigue viendo la cara y faltando el respeto a la gente; donde los arreglos “underground” siguen prevaleciendo y donde las coyunturas políticas permiten que todo sea posible: desde el asesinato de un candidato, la aparición de un personaje mesiánico, y hasta concertar groseras alianzas aun con el enemigo más acendrado, sacrificando ideales, códigos de ética y dignidades con tal de posicionarse y así acceder al poder político y económico. “París bien vale una misa”, reza un pasaje histórico antiguo cuyo espíritu cobra hoy validez plena.
El asunto es de suyo tan grave que es imposible pensar que alguno de los implicados pueda salir limpio, y todavía atentan contra la razón y la inteligencia del público queriendo defender lo indefendible y justificar lo injustificable.
Diga usted si no: Doña Beatriz destapando el chiquero que ella misma ayudó a construir; Nava con su pretendida y fingida demencia, que le fue imposible sostener, teniendo que patrasear, demostrando su falta de oficio y malicia; el titular de Gobernación saliendo con la barbaridad de que Calderón nada sabía del acuerdo, sino hasta que le tronó, pues no le informa de todo (!)... ¿Qué no se supone que el presidente es el hombre mejor informado del país? y Peña Nieto nadando de muertito, aún cuando -si bien se mira- es el principal beneficiado del acuerdo mentado.
¿Qué quiere decir todo esto? Que los azules le ponen de pechito Los Pinos al tricolor... acaso reconociendo que No tienen un gallo con posibilidades reales de ganar en 2012, y por lo tanto, tratan de rescatar algo de una nave que se hunde irremediablemente.
Por otra parte, llama la atención la pasividad con que el PRD tomó el asunto. Era de esperarse que se lanzara con todo pretendiendo llevar agua a su molino, pero mostró una extraña tibieza que sorprende; ¿cuál sería su ganancia en esto? Habría que preguntárselo a las cúpulas, ahí se decide todo, por lo que se ve. Los de abajo se hacen garras y los de arriba son parte de indecoroso maridaje... ¿qué tal?
En fin, quién sabe en qué acabe toda esta pachanga asquerosa, pero una cosa es cierta... los mexicanos no nos merecemos esto. La inmensa mayoría somos gente de trabajo que luchamos cada día por salir adelante, hacemos milagros con un sueldo cada vez más insuficiente, batallamos para hallar un empleo cada vez más escaso y somos indignados testigos de ese circo infame de nuestra clase política, que sin ningún decoro y furtivamente nos toman el pelo sin saber que todo tiene límites, y si no lo creen, que volteen 100 y 200 años atrás, para ver si les cae el veinte.
Así las cosas... ¿qué sigue?, ¿qué nos falta todavía por ver?
Ya, por favor, ¡ya basta! Ya no toleraremos más burlas. Ya No.
Milán R.
Gómez Palacio, Durango.