‘Enfoque erróneo’
En lo personal me gustó el tono en que el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, reprendió al Gobierno del vecino país del norte por la venta indiscriminada de armas al crimen organizado que mantiene en jaque a la sociedad de nuestro país, argumentando que es una vergüenza que ese país comercialice sin recato alguno armamento de asalto al mejor postor.
Dignas palabras señor Gómez Mont, sólo que muy mal enfocadas, porque lo que es una gran vergüenza es la corrupción existente en el sistema aduanal mexicano que no debería dejar pasar una sola bala de contrabando, pero con un “moche” pasa lo que quepa por el puente internacional, y es ahí donde usted debe enfocar toda la energía de la cual disponga, por ser una dependencia de la secretaría a su cargo y recuerde que el buen juez por su casa empieza.
Considero que lo antes dicho, sería un principio ejemplar la depuración de elementos corrompidos, aunado a la eficientización de dicha dependencia para que cumpla su cometido, ahí queremos ver la mano dura señor secretario de Gobernación y no en las declaratorias desatinadas que le escuchamos.
Miguel Ángel Morales.
Torreón, Coahuila.
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‘Que se avergüencen ellos’
Que se avergüencen ellos, los curas pedófilos y los superiores que los encubren y no sólo eso, que vayan al “bote” a enfrentar su delito.
Pero recordemos que la Iglesia somos todos y el clero es la burocracia que administra la Iglesia y la Iglesia y su clero, son una institución nacida del amor a la humanidad por el Cristo Hombre y Dios.
Aunque hoy por hoy enfrente un cisma de regulares proporciones, pero ciertamente la Iglesia saldrá fortalecida de este zarandeo.
Como lo ha hecho en otras ocasiones a lo largo de su milenaria existencia.
Básicamente por ser una institución de inspiración divina en el amor y el perdón y que por un degenerado hay cientos de religiosos comprometidos con su ministerio que fermentan de bondad a la sociedad, por lo cual todos debemos ser cautos en este lamentable y vergonzoso asunto.
Así pues que se avergüencen ellos “los degenerados” y también sus solapadores, pero ojalá y que se avergüencen más detrás de la reja.
Y todos aquellos religiosos dignos y comprometidos sigan brillando con su propia luz y que este lodo no los manche.
Arturo P. Salas Juárez.
Torreón,Coahuila.
