‘Los descalzos de Carlos Fuentes’
En Madrid, España, hace ya varios días, el escritor Carlos Fuentes mencionó que el Partido Acción Nacional no está hecho para gobernar porque carece de una estructura popular como la del Partido Revolucionario Institucional; pero yo me pregunto ¿que tan popular es hoy el PRI a cuando era un partido hegemónico y único en el país?
Contrario a lo que se pensara en 1980, el PRI necesita hoy de alianzas que le garanticen el triunfo junto a partidos satélite pues ya no está tan seguro de arrasar como en el pasado donde la votación era hasta del 70% del electorado a su favor, hoy muy apenas libran en todo el país, salvo en Campeche, el 39%.
De alguna u otra forma todos los planteamientos de los partidos están hechos para gobernar pues sus propuestas nacen de su declaración de principios, estatutos y reglamentos del partido, aquí lo malo es que los intérpretes de esos documentos, alias sus representantes máximos, se van por la tangente y deciden apropiarse, primero del partido, luego de los cargos y con ello todas las canonjías que les ofrece el poder con sus insultantes sueldos ante su baja productividad.
Yo creo que hoy todos los partidos ya están descalzos porque a pesar de sus estructuras, si las hay, la estructura más valiosa que se llama “confianza” ya no la tienen en un puño.
En la historia de la humanidad todo régimen tiende a degenerarse si en tiempo y forma no buscan regenerarse, pero la degeneración de los partidos hoy quieren regenerarla con los hijos o hermanos de los que ya los degradaron o repitiendo una y otra vez a los que ya fueron una vez electos y no dejaron un buen sabor de boca cuando fueron gobierno (con sus muy pocas excepciones).
La superestructura del Partido Revolucionario Institucional la comandaba Fidel Velázquez, Jongitud Barrios, Joaquín Hernández Galicia, cuando los sindicatos a una voz se enfilaban por su partido, hoy las disidencias son muchas y los formados y disciplinados ya no son tantos y mucho menos tontos.
Ahora no sólo el Partido Acción Nacional sino todos los partidos carecen de la capacidad y el ingenio para ser gobierno y no hay que esperar a ver qué sustituye a este sistema de elección, porque ha empezado un proceso en el que el ciudadano cada vez sabe más, opina mejor y decide con mayor visión sobre lo que le conviene, hoy son los menos los que siguen dando el voto por una despensa, beca u otro tipo de apoyos.
Por ello para los políticos hay dos personajes que nunca deben de acabarse en un país y los cuales son debidamente aprovechados: los pobres y los jóvenes, unos por su necesidad y los otros por sus ilusiones de ver un candidato que les cumpla y trabaje por un país mejor.
Ojalá que hagan algo pronto para que la gente regrese a las urnas porque de “descalzos” no vaya a ser que queden “descalzonados”.
Miguel Gerardo Rivera,
Gómez Palacio, Durango.