Motociclistas repartiendo desorden y accidentes
No hace mucho escribí en esta columna sobre la proliferación del reparto en motocicletas que con la falta de precaución y respeto al reglamento de tránsito de sus conductores han provocado varios accidentes involucrando a automovilistas que manejan en forma debida.
Por su juventud, los jóvenes ávidos de emociones y adrenalina se la juegan corriendo con sus motos en forma temeraria en espacios reducidos por entre los vehículos, rebasándolos por todos lados por carriles de circulación prohibidos. Eso aunado a las exigencias de los patrones para que repartan en el menor tiempo posible, los muchachos toman esto como una carrera emocionante contra el tiempo.
Recientemente como automovilista ya estuve involucrado en uno de esos accidentes; afortunadamente mi vehículo siempre ha contado con seguro de daños a terceros en los términos en que lo señala la ley. Al tratar de estacionarme debidamente en batería, un motociclista repartidor se metió por la derecha en un espacio no mayor a un metro golpeando mi camioneta en la salpicadera derecha y cayendo con todo y su vehiculo, aunque sin ser arrollado, al suelo.
El accidente aunque algo aparatoso no se reflejó en el daño del conductor y en poca escala, en la motocicleta. El muchacho asustado, pero sin lesión ni sangrado aparente fue recogido por la ambulancia para ser revisado en un hospital. De inmediato arribó el ajustador de mi seguro haciéndose cargo de la situación ya que también cubre protección legal.
El ajustador se trasladó al hospital donde se revisaba al muchacho para hacerse responsable de todos los gastos y a mí me trasladaron a los tribunales municipales. Una vez que se hizo cargo de los gastos del muchacho y de la orden de reparación de la moto el ajustador llegó a los tribunales para rescatarme de los límites de las celdas en donde me querían confinar con pandilleros y viciosos, aún sin ser el responsable del accidente.
De todas maneras no me salvé de una multa de quinientos pesos con un croquis que no demostraba culpabilidad alguna y con todos mis documentos y los de mi vehículo en orden.
Por otra parte, el muchacho no contaba con licencia ni casco protector ni la moto con tarjeta de circulación, eso genera una multa de más de mil pesos, pero al dueño de la moto sólo le cobraron doscientos.
Para justificar mi multa el juez me anotó falta de precaución a un examen médico que nunca me hicieron y otro examen médico que pagó el ajustador al hospital.
Afortunadamente sólo hubo lesiones muy leves en el muchacho, pero si hubien en sido graves les estaría escribiendo esto desde la cárcel, con mi camioneta detenida en el corralón expuesta a ser desmantelada.
Entonces de qué sirve andar en orden si tenemos que pagar las culpas del desorden.
Anónimo.
Torreón, Coahuila.
