‘No más impunidad’
La tranquilidad la dan los años de juventud acumulados. Nada he perdido, porque nada me ha pertenecido, decía con justa razón mi abuela, “ni uno solo de tus cabellos te pertenece”, y su forma de ver la vida, tan plena, tan entregada, otorgando su amor con la calidez que siempre tenemos las abuelas, me enseñó, algo fundamental, respeto por las personas, sean de cualquier creencia, raza, partido, preferencia sexual o ideológica.
Eres y serás lo que escojas ser, porque tu esencia está dentro de ti, no importa que los que te rodean te quieran hacer sentir gordo, pobre, feo, ignorante, bello, superior, inteligente, de alcurnia o clase superior, tú eres tú, lo que te enseñaron, tu fuerza está en tu interior, la que formó tu familia, tus valores.
Hoy en día vemos tantos políticos con ínfulas de superioridad, creyéndose reyezuelos aventándonos migajas, porque no exijimos el respeto que merecemos, como seres humanos, tenemos el mismo valor, pobres o ricos, gobernadores u obreros, la voz que debe prevalecer es la voz del pueblo, un pueblo educado no pide o desea sobras, grita pidiendo lo que le pertenece.
Yo soy una mujer de la tercera edad, pero siento la juventud que corre por mis venas y no temo a nada ni a nadie, porque soy libre pensadora y creo que mi país me necesita.
Hoy con esa juventud y fuerza que poseo y consciente de mis derechos, exijo no más impunidad, que es uno de los males que más daño nos hacen, pues: viola un profesor y lo cambian de zona, hace lo mismo un cura y lo cambian de parroquia, defrauda un funcionario y se negocia entre partidos, y todo queda impune cobijado entre las inmundas sabanas de la política o el sindicalismo.
Estoy tranquila porque siempre que puedo alzo mi voz, voto, participo, y hoy siento paz y furia dentro de mí. Paz porque he hablado, furia porque quisiera que los jóvenes participaran más y vieran lo que este pobre país necesita: fuerza, empuje, verdad, ser conscientes de la energía que llevamos dentro y utilizarla para dirimir diferencias y trabajar por un mismo fin, el bien de México.
Flor Medrano Echeverría.
Torreón Coahuila.
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Mejorar alumbrado
En varias colonias de la Comarca Lgunera no hay alumbrado público y en las noches el peligro de ser asaltado, de provocar un accidente son más latentes.
Es triste ver cómo los ciudadanos tenemos que aprender a vivir con esta situación, sin que las autoridades tengan el mínimo de tino en buscar al menos, las necesidades de sus gobernados.
Es cierto que hay muchas necesidades, pero al menos la que queremos es que exista tranquilidad y seguridad en nuestras calles y una forma de lograrlo es que estén bien alumbradas, así evitaríamos accidentes y demás problemas que se generan por no tener luz.
Comarca Lagunera.
Francisco López.