LAS ELECCIONES DE DURANGO
Conocido coloquialmente como “el Chiapas del norte de México”, Durango desarrollará, el día de hoy, sus comicios para elegir nuevo gobernador, 17 diputados locales de mayoría y 39 alcaldes.
Entidad federativa que es la cuarta en extensión territorial en el país y con una población superior al millón y medio de habitantes, Durango arrastra, desde décadas atrás, una problemática socioeconómica que lo mantiene calificado en la estadística nacional como uno de los estados más pobres. La falta de vivienda, el desempleo, el difícil acceso a la salud, el rezago educativo, los servicios públicos (agua potable, drenaje, pavimentación, etc.), la desnutrición infantil, la corrupción y la inseguridad pública, son críticos males que lo mantienen inmerso en un grave atraso social.
El Mezquital, Canelas, Topia, Otáez, Pueblo Nuevo, San Dimas y Guanaceví, son los municipios donde el drama de la pobreza alcanza su índices más patéticos, según reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. En el primero de esos municipios -tierra natal del actual gobernador- uno de cada tres adultos no sabe leer ni escribir y su ayuntamiento es uno de los cien más pobres de la república.
Aunado a lo anterior, su vida política corresponde a los arcaicos diseños en el oficio de gobernar, la mayoría de los candidatos del PRI que aspiran a -ocupar diputaciones y alcaldías, fueron seleccionados por el gobernador, Ismael Hernández Deras; no se diga el aspirante a sucederlo en la gubernatura, Jorge Herrera Caldera, ujier de todas sus confianzas y quien fuera su condiscípulo en la universidad. La nominación de los hijos de los exgobernadores José Ramírez Gamero, Ángel Sergio Guerrero Mier y Maximiliano Silerio Esparza a las candidaturas de legisladores en el congreso, es compulsivo hábito vicioso de una política discriminatoria y excluyente que se practica y beneficia a favoritos. Son cuotas de poder, amarres de alianzas entre grupúsculos en detrimento de recursos humanos mejor capacitados y alejados del interés colectivo.
Tierra de añejos y dañinos cacicazgos, Durango ha sido gobernado desde el pasado por las viejas familias priistas que, sucesivamente, se han repartido y se siguen repartiendo los más importantes cargos electorales y administrativos de su organigrama gubernamental. La falta de alternancia en el ejercicio del poder en la gubernatura, como contrariamente ha sucedido en Nuevo León, Chihuahua, Zacatecas y Baja California Norte, le ha reportado a los duranguenses un rezago democrático que les impide acceder a mejores niveles de desarrollo. El PRI duranguense es prolífico semillero de políticos “chapulines”, quienes brincan de un cargo a otro sin concluir los periodos que la ley marca, clara muestra de la supremacía de un ego personalísimo sobre el espíritu de servicio a la comunidad.
En el pasado, el abstencionismo ha dominado en los procesos electorales, lo que denota el hartazgo y la abulia que caracteriza a la ciudadanía en la emisión del sufragio. En la última elección de 2007, la participación de votantes fue del 45%, cifra que nos dice que los abstencionistas superaron el 50% del padrón electoral.
El pasado 10 de junio tuvo lugar, en el auditorio de la Universidad Juárez del Estado de Durango de la capital, el debate entre los contendientes por la gubernatura. El evento se caracterizó por su desorganización y la falta de madurez política de los participantes, quienes lejos de ofertar un discurso serio, inteligente y propositivo, se enfrascaron en peroratas e insultos personales, incidente que decepcionó a la ciudadanía y que exhibió el pobre criterio de quienes aspiran a ocupar el cargo de gobernador del estado.
Así las cosas, Durango es hoy de cara a las elecciones que renovarán su gubernatura, su congreso y sus alcaldías, una entidad que reclama el arreglo de su problemática y que busca incrementar los índices de crecimiento en su economía. La sociedad duranguense está harta de años y años de atraso en los más importantes aspectos de su vida. La posibilidad del cambio parece difícil, pero es más difícil la indiferencia y la falta de voluntad para solucionar viejos problemas y lograr mejores tiempos, esfuerzo que valdrá la pena hacer para beneficio de las futuras generaciones.
Comarca Lagunera.
Domingo Deras Torres.