Los antihéroes
En estos días veremos un sinnúmero de funcionarios junto a las figuras de los próceres en un desenfrenado afán de colgarse de esta imagen histórica y de cómo ofrendaron sus vidas en beneficio de la patria.
Estos políticos lucirán sus mejores galas, entonarán el Himno_Nacional, pondrán cara seria y con voz solemne y emocionados gritarán ¡Viva México! y con todo este show le dirán a la nación así como decía Don Miguel Hidalgo también digo yo; así como pensaba Don Miguel Hidalgo tampoco pienso yo. Porque pienso muy diferente, mi deber es cuidar de mi persona, mi presente y mi futuro y la patria pues que se cuide sola.
Nuestro pueblo mexicano, raza sometida que desde tiempos ancestrales ha soportado malabaristas del truco y del engaño que dominan el lucrativo arte de la política, ha aprendido a descifrar estos rostros y por malicia e intuición deduce la falsedad de estas personas, mucho le convendría a estos funcionarios no hacer alarde de exabruptos partíos.
No se les vaya a voltear el chirrión por el palito y la dolida población les retire su apoyo; así que mejor mantengan una recatada celebración y manejen un bajo perfil porque harta está la población del deprimente servicio en salud, por el ejemplo que brinda el IMSS donde recibimos el trato de indigentes y no de derechohabientes.
O en la educación donde las televisoras producen para una audiencia analfabeta con producciones como Laura de América o Mujeres Asesinas, nos indica claramente el penoso nivel educativo en que estamos.
O bien el costo de las universidades públicas que se chutan noventa y tres mil millones de pesos al año para una población de un millón de universitarios, lo cual nos arroja un costo de noventa y tres mil pesos anuales por alumno y cuya educación está tan lejos de la realidad que ni siquiera consiguen trabajo.
O que se privilegie a las vacas para una buena agua y que la gente tome agua arsenicosa.
O el estado de sitio que sentimos y el pavor que nos produce la irresponsable estrategia de las autoridades al desplegar comandos en aglomeraciones como en la feria donde acudimos familias, como en mi caso, con nueras, nietos, y señoras gordas, y si estos enmascarados señores de una muy, pero muy criticable estrategia y deplorable logística porque en el muy remoto y casuístico caso de tener un enfrentamiento van a herir a todo mundo, menos a los delincuentes.
Así que señores políticos recataditos se verán más bonitos y griten ¡Viva México! en sus casas, con sus cuates y por supuesto con su cuenta bancaria. Pero no se cuelguen de la liana o mejor dicho la sotana del cura Hidalgo.
Arturo Salas Juárez,