‘Que reparen los daños’
Un hogar violado o violentado por ladrones deja casi siempre a una familia llena de odio, rencor, frustración, impotencia y mucho miedo. Es triste ver a una familia pasar por ese trance sin razón verdadera de ser, que la lleva a modificar prácticamente toda su existencia, desde la infortunada sorpresa del descubrimiento del evento hasta el engorroso, inútil, largo y fastidioso reporte ante el Ministerio Público, pasando por el ingrato sentimiento de debilidad y fragilidad de ese espacio que sentía propio y seguro y que ahora sabe que no lo es más.
Ese patrimonio que en la mayoría de las ocasiones costó mucho lograrlo, ha desaparecido y con la casi absoluta seguridad de que no se recuperará nada nunca, esos objetos llenos de valor económico y sentimental ya no regresarán y habría que agregar el costo de la afectación física a la vivienda, hacen de todo esto un daño enorme y muy difícil de reparar. Los causantes de esta tragedia siguen tranquilos por las calles y si por alguna causa fortuita o circunstancial llegan a ser aprehendidos, nunca repararán el daño causado y sólo pasarán unas cortas vacaciones con gastos pagados en la cárcel y luego de nuevo a las andadas.
Nuestras leyes, mínimamente, deberían de obligarlos a reparar el daño patrimonial causado, poniéndolos a trabajar hasta que lo cubran y así mismo que paguen por su estadía y alimentación en la cárcel. ¿Por qué tener que alimentarlos y sostenerlos con dinero del erario? Si no se modifica el sistema penitenciario, nunca se acabarán las visitas guiadas y pagadas de estas personas.
Torreón, Coahuila.
Higinio Cázares Ureña,
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Programas de vecinos
He visto con beneplácito la respuesta que los torreonenses, le hemos dado al programa Municipal “vecino vigilante” a la fecha, ya suman varias colonias de todos niveles, las que ajustaron a su agenda esta importante labor, me lleva a pensar que la población necesita estar muy preocupada de lo que le pasa a su alrededor, para hasta entonces actuar en consecuencia e interactuar con su gobierno, esto habla de la poca o nula conciencia ciudadana que se tiene en estos tiempos, el que esta carta escribe habitó en una de las calles de la colonia Navarro y fue de buen augurio ver que la caseta policiaca esté en activo, la existencia de agentes bien uniformados y patrullas en ronda, ese gran paso, habla bien de la autoridad municipal que dio inmediata contestación a los desesperados gritos de mis vecinos, quienes estaban siendo víctima de la delincuencia.
Ahora, tanto en la Estrella como en la Navarro, la seguridad ha mejorado... ahora bien, aprovechando esos cinco minutos de vecindad excitada por buscar el bien común, los exhortaría a que nos preocupemos para establecer los también indispensables y necesarios programas ciudadanos como lo pueden ser: “vecino limpia a diario el frente de tu casa”; “vecino conserva en buenas condiciones tu casa”; “vecino respeta a tu vecino” ; “ vecino coopera a tiempo con tu cuota de colono”; “vecino paga a tiempo tus servicios” “vecino no te robes el agua”, “ vecino respeta el uso de suelo”; “vecino cuida a tus mascotas y árboles” “vecino desaloja la calle si tienes una chatarra”; “vecino ni tú ni tu hijo escandalicen los fines de semana en el frente de tu casa”, “vecino evita la violencia familiar”, en fin, de querer y empezar nosotros, otro gallo cantaría como dicen en mi pueblo.
José Arturo García Ramírez,