Potabilizadora, ¿sí o no?
Leí con interés la columna de hoy del licenciado Víctor González Avelar y considero que hay algunos comentarios pertinentes.
Construir una potabilizadora para solucionar el problema del arsénico en La Laguna es una salida cara, injusta, innecesaria e inútil.
Cara porque estará en el orden de varios miles de millones de pesos y, tomando en cuenta el costo de la infraestructura de distribución, ahora inexistente, ese costo puede irse fácilmente a los miles de millones de dólares. El costo de operación anual bien pudiera andar en los cientos de millones de pesos por gastos de bombeo, tratamiento, etc. En suma, una deuda muy pesada para los laguneros de hoy y del porvenir.
Injusta porque pone el peso financiero de esa solución sobre los hombros de quienes NO tienen responsabilidad en la aparición del arsénico. Tanto Conagua, como estudios hechos por la UNAM, el IMTA, la Universidad de Hannover, entre otros, apuntan a que el arsénico aparece en nuestro acuífero por a) el represado de los ríos y b) la sobreexplotación del aucífero lagunero. De aquí surgen dos reflexiones: que los responsables del arsénico son Conagua por el manejo de las presas y los grandes agricultores-lecheros de la región por extraer del subsuelo, de manera ilegal, más agua que la que tienen derecho, lo que me atrevo a calificar de criminal viendo sus consecuencias sobre la salud pública.
Innecesaria porque tenemos ya una potabilizadora natural que es el río y el acuífero. Cuando nuestra comunidad decidió establecerse aquí, encontró un vasto depósito de agua subterránea de gran calidad que los ríos rellenaban año con año.
La solución justa, inteligente, responsable y barata al problema del arsénico es el equilibrio del acuífero frenando la criminal sobreexplotación del acuífero y la operación de las presas con otros criterios de manera que el agua corra por el río también de acuerdo a las necesidades de la naturaleza y de los acuíferos y no sólo de acuerdo a las necesidades de la agricultura como sucede hoy. Esta estrategia va a la raíz del problema tal y como lo han definido Conagua, la UNAM, la Universidad de Hannover, etc.
Nuestro problema por el arsénico se lo debemos a la sobreextracción de agua de los sistemas naturales. La solución no puede venir de aplicar de nuevo el mismo esquema: hay arsénico, extraigamos más agua de la naturaleza. Dicho en palabras de Albert Einstein: “ningún problema se soluciona empleando las mismas herramientas mentales que lo crearon”. Finalmente, construir una potabilizadora resuelve a medias el 4 por ciento del uso del agua, aquella que usamos en nuestros hogares, olvidando que, si el agua se agota no tendremos industria, ni agricultura ni economía alguna en nuestra región.
Los que nos oponemos a la potabilizadora no es por nonismo, es porque en ella vemos un error garrafal que terminará por extinguirnos como sociedad.
Tenemos que cambiar el paradigma y pensar claramente en el futuro, de otra manera la orgullosa comunidad lagunera no tendrá mucho tiempo más de vida.
Torreón, Coahuila.
Francisco Valdez Perezgasga,
