¿Y la educación pública ‘apá?
Si se nutre el cerebro con basura no esperemos valiosos resultados.
Si como sociedad y debido a la rapidez y exigencias de la vida, abandonamos a nuestros hijos y nosotros mismos a que nos eduque la televisión u otros medios que producen basura, no esperemos que reditúen valores o sabiduría.
En aras de la libertad deducimos, es que podemos seleccionar entre los pasquines la nota roja o amarilla o de burdo contenido y escoger información culta.
Pues estamos muy equivocados, porque el masivo bombardeo de basura cuenta con mucho presupuesto y profesionales de la manipulacion de tal suerte, que de forma abierta o subliminal nos pone en la disyuntiva de escoger entre basura o mugre y así nos vemos muy “chic” diciendo “a mí me gusta la mugre” y otro dice “a mí también, pero con chispas de chocolate”. Oiga usted, esto sucede porque verdaderamente se carece de otras buenas opciones.
¡Qué tiempos aquéllos en los que Educacion Pública normaba los contenidos y exigía calidad en los mensajes, ahora más que nunca requerimos con urgencia esta supervisión!
¡Qué lástima que esta Secretaría no cumpla con ésa, su máxima misión de educación pública y se le haga bolas el engrudo enfocándose a medio instruir dejando a un lado educar y abandona a la población como presa fácil e indefensa entre sus voraces depredadores como en las televisoras.
¿Cómo es posible que la comicidad deba ser vulgar y morbosa, adónde quedó el ingenio y la sencilla picardía? Vamos, ni siquiera se protege el lenguaje y se compite por quién dice más leperadas.
¿Cómo es posible que los personajes, vestimentas, mansiones y carros lujosos se muestren como lo normal y cotidiano e invadan impunemente hogares paupérrimos carentes muchas veces de lo básico hasta de sanitario y cómo esperamos que los niños y jóvenes de cualquier estrato social no aspiren a cualquier costo a tener estas viejotas o esos carrotes, pues nunca se muestra como heroico y satisfactorio el estudio y el trabajo cotidiano?
¿Qué esperamos de los jóvenes si los artistas se mitifican con divorcios, escándalos y drogas, si se dibujan como modelo estas tristes y tortuosas vidas?
¿Qué esperamos como sociedad si el ser diputado le da inmunidad para también ser criminal en sus ratos de ocio y que sus compañeros diputados avalen el dichoso fuero diciendo “hoy por ti, mañana por mí” y los jóvenes no digan algo? Pues si los políticos son hampones ¿yo por qué no?
Y luego nos espantamos con la creciente criminalidad y se combata al fuego con pólvora porque ilusamente pretendemos que con más armamento y policías abatiremos este azote y luego los policías cambian de bando y las armas también y las cárceles cada vez más abarrotadas.
No señores, Educación Pública debe abrazar su amplia y vasta misión hoy más que nunca con una responsabilidad heroica y generosa en verdadera sabiduría para el rescate integral de nuestra patria y nuestra legislación le otorgue a esta Secretaría las herramientas que demande para esta sublime misión.
Torreón, Coahuila.
Arturo P. Salas Juárez,
