El río, la mejor potabilizadora
Más vale una solución mediocre al problema correcto, que una solución científica y sesuda al problema incorrecto. Se hizo la presa como logro de la Revolución para beneficiar a los campesinos y hoy setenta años después nos damos cuenta que esta decisión exterminará más pronto de lo que suponemos no sólo a la agricultura a la cual iba a beneficiar sino a todo el hábitat.
Las naciones desarrolladas hoy en día no apresan las aguas que no desembocan al mar, las controlan y tecnifican y revierten el proceso no sólo de desertificación sino del muy vital ecosistema.
De cada cien litros de agua extraída a la cuenca del Nazas, sabemos que ochenta y cinco son para la agricultura, nueve para la industria y seis para los habitantes; resulta más que evidente qué es lo que se debe corregir, puesto que de los ochenta y cinco de la agricultura, setenta y cinco se lo chupan la alfalfa y las vacas.
También sabemos que no tienen medición en la extracción de esta agua, además que hay un estimado de que el treinta por ciento de los pozoz ni siquiera están rgistrados o sea son clandestinos que se roban impunemente el agua. Además como los caballos de fuerza utilizados para un mismo volumen de extracción se incrementan todos los días, pues el espejo de agua es día con día más profundo.
Y luego los agricultores exigen subsidio al consumo eléctrico, para continuar con su muy irresponsable y criminal extracción, saltan a la vista las prioridades:
A la voz de ya, de la forma que sea, las personas no deben tomar agua arsenicosa, pero en paralelo se debe controlar la extracción midiendo y cobrando lo justo y por supuesto detectando los pozos clandestinos.
Vamos, si por la Internet se ubican hasta las nuevas construcciones, pues también se deben ubicar los sembradíos y deducir los pozos clandestinos, porque se oculta la mano que se la roba, pero no en qué la gasta.
A continuacion debe hacerse una reforestación de las riberas del río para con un adecuado programa recargar el acuífero; también reforestar toda la cuenca especialmente cerros con especies nativas, pues son las áreas verdes las que generan el biomagnetismo de nubosidad y se obtienen mejores precipitaciones y por supuesto el metroparque con su canal y el arroyo que lo alimente, mandará a los filtros naturales la óptima potabilización, es probable que se recupere el río y su cuenca y que Viesca, Tlahualilo, etc., vuelvan a sus antiguos años de bonanza.
Y por supuesto se mantenga la sustentabilidad de la agricultura y por qué no, también de la misma industria lechera y absolutamente se juegue a ganar, ganando con la utopía que todos ganemos.
Ojalá y los más poderosos lecheros en aras de la supervivencia de su propio negocio nos tengan misericordia a la población citadina y regresen a la comunidad un verdadero estudio de sustentabilidad porque resulta realmente chocante que se pida a la población que cuide el agua mientras estos intocaables señores, en aras del trabajo que generan, nos lleven a todos al baile.
Torreón, Coahuila.
Arturo P. Salas Juárez,