Los apoyos públicos destinados a los jornaleros agrícolas a través de los programas públicos no han logrado su objetivo de aminorar la pobreza en que vive ese grupo de población, reconoció la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
En un reporte sobre los resultados de la Encuesta Nacional de Jornaleros Agrícolas (Enjo) 2009 admitió que los recursos no siempre llegan a la población que los requiere y cuando lo hacen no contribuyen a resolver el problema de la pobreza.
Al fracaso de los programas oficiales, se suma una caída de 30 por ciento registrada en la última década en la cobertura de la atención a un grupo social que representa el 8.5 por ciento del total de los mexicanos.
Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la Sedesol atendía en 2000 a 753 mil 285 jornaleros agrícolas, mientras que en 2009 la cifra se redujo a 524 mil 492.
De hecho, consigna el Coneval, la Sedesol ha disminuido los objetivos de atención de su Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas (PAJA).
La población potencial suma, según la propia dependencia, 2 millones 595 mil 644 hombres y mujeres mayores de 16 años que laboran como jornaleros agrícolas. La población objetivo se ubicó en 2000 en 753 mil 285 jornaleros y en 2009 pasó a 662 mil 55.
Aún así, la Sedesol no cumplió el año pasado con la meta, según reportó el Coneval en la última evaluación del programa.
Para septiembre de 2010, el programa atendía a 452 mil jornaleros agrícolas, un 68 por ciento de la meta anual. Casi un tercio de los beneficiarios se concentra en Sinaloa.
La falta de atención y el empobrecimiento generan un círculo vicioso entre las familias de jornaleros, advierte el reporte sobre la Enjo 2009, elaborado por la Universidad Autónoma de Chapingo y la Sedesol.
"Los resultados indican que se observa entre la población jornalera agrícola y migrante un proceso de empobrecimiento y de aumento del costo de vida en los últimos años, lo que ha llevado a la población a ingresar a un mayor número de miembros de la familia al trabajo remunerado", apunta.
Los resultados también evidenciaron el abandono de las autoridades estatales, tanto de los lugares de origen como de destino.
Según reconoció Sedesol en el reporte, los magros resultados del PAJA y el bajo presupuesto que se le destina obligan a diseñar mejores estrategias para atender a 2 millones de jornaleros excluidos de todos los servicios.
El programa consiste en la entrega 210 pesos mensuales a las familias de jornaleros, condicionada a la certificación de que los niños acuden a la escuela. Adicionalmente, el programa entrega 800 pesos, en una sola ocasión, por tránsito migratorio.
Este año le fueron asignados 292 millones de pesos, de los cuales había ejercido 122.3 millones al tercer trimestre, 85.6 por ciento de lo programado para el periodo.
REZAGO La Sedesol estima en 9 millones el número de integrantes de familias de jornaleros agrícolas.
Actualmente, según la Enoj, el 90 por ciento de los jornaleros carece de contrato formal; la mitad gana hasta 3 salarios mínimos y la otra mitad menos de dos.
El 54. 8 por ciento de los jornaleros están expuestos a productos agroquímicos de forma cotidiana, lo que impacta en su salud.
Ante esta realidad, el reporte de la encuesta alerta sobre los errores en la entrega de apoyos y la deficiente calidad de servicios educativos que reciben.
"Los apoyos e incentivos otorgados hasta ahora no están modificando el costo de oportunidad de erradicar el trabajo infantil, ni están dotando a los jornaleros mayores de edad las herramientas que les permitan competir en el mercado laboral", remarca.
Aún así la Sedesol presume logros de su estrategia al señalar que durante 2009 cumplió en un 99.9 por ciento la meta de atención a niños en edad escolar, según las evaluaciones del Coneval.
Lo que omite el programa es que su meta es de 25 mil 558 niños entre 6 y 14 años, apenas 2.5 por ciento del total de menores de edad que laboran en el sector agropecuario según la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
