Dos modalidades. Se roban los carros para desmantelarlos o para delinquir en ellos.
Durango
Los amantes de lo ajeno han llegado al descaro y desfachatez de robar hasta en frente de las autoridades; prácticamente se han estado burlando de los operativos implementados por la Policía. La ciudadanía denuncia los casos más cínicos, que rayan en lo chusco, de los que han sido víctimas.
El incremento en el delito de robo ha sido notable, específicamente durante el mes de marzo, cuando se tuvo el reporte de 150 vehículos hurtados, una cantidad mayor de robo a casa-habitación y el resto en otras modalidades.
A pesar del anuncio de las diferentes corporaciones de seguridad en torno al refuerzo de sus acciones, los ladrones se han burlado.
MIENTRAS ALEGABA, LE ROBARON LA BATERÍA El señor Alvarado participó en un ligero choque con un taxista en prolongación Libertad, llegó el agente de Vialidad y mientras alegaban para ponerse de acuerdo y solucionar el caso le robaron la batería del auto y el estéreo, prácticamente enfrente del elemento del agente de Tránsito, sin que se diera cuenta.
Cuando se arregló todo y ya se iba cada quien a su casa el auto de Alvarado ya no arrancó.
ENFRENTE DE LA PRESIDENCIA
Otra persona que dejó su vehículo prácticamente afuera de la Presidencia Municipal, a la vista de los policías, fue víctima de los ladrones pues en menos de 15 minutos, cuando regresó ya le había robado hasta el asiento del bebé.
LE QUERÍAN VENDER SUS PROPIOS PAJARITOS
Doña Francisca, vecina de la colonia IV Centenario, se percató de que alguien había entrado a su casa y lo vio cerca de la puerta al preguntarle qué hacía ahí y al mismo tiempo decirle que se fuera, el sujeto con unas jaulas en la mano le dijo que andaba vendiendo pajaritos, que si no le interesaba comprar.
Más tarde, doña Francisca, de avanzada edad, se dio cuenta de que los canarios eran los suyos y se los había robado "en sus narices".
FUE A PROBAR UN CARRO Y NO REGRESÓ
Otro de los casos denunciados por la ciudadanía fue el del joven Juan, quien al estar vendiendo su carro en las inmediaciones de un tianguis, llegó un comprador y le dijo que le interesaba la unidad, que quería comprarla pero antes debía probarla.
Comprador y vendedor se fueron con rumbo a carretera y en un momento dado el dueño del vehículo fue amenazado con una navaja y despojado de su unidad.
Más tarde, al parecer lo encontró cerca de un poblado, allá por Gabino Santillán, pero ya desmantelado.