El campo de las tecnologías de la información ha crecido de forma vertiginosa, principalmente por el nivel de innovación.
Sin darnos cuenta, a las finanzas personales se ha sumado un nuevo renglón: los gastos en tecnología. Ya no basta con hacer el súper o pagar la luz, ahora hay que absorber el costo de teléfonos celulares, Internet y otros servicios indispensables para la vida moderna.
El celular, la conexión a Internet, la pantalla LED, la BlackBerry, el sistema de videojuego (léase Wii, XBox, etcétera), la memoria USB, la banda ancha móvil (BAM), la laptop, el iPod, la iPad y demás, son términos que no sólo pertenecen al lenguaje cotidiano de las empresas que los fabrican o distribuyen, pues hace tiempo se adentraron en la conversación de las familias en los más diversos círculos sociales, llevando implícito un gasto monetario.
De acuerdo a un estudio de Gartner, empresa de consultoría dedicada al análisis de las tecnologías de información (TI), incluso en plena crisis económica este sector mostró un crecimiento sostenido y para el cierre de 2010 el gasto mundial en tecnología se habrá incrementado alrededor de un seis por ciento, estimando que alcanzará nada menos que 3.4 billones de dólares. Tan sólo en la compra de hardware se espera que el mercado alcance los 353 mil millones de dólares. En el caso del software se calcula que llegará a 232 mil millones.
El campo de las tecnologías de la información ha crecido de forma vertiginosa, principalmente por el nivel de innovación. En promedio, empresas líderes como Microsoft y Apple presentan cada dos meses nuevos productos o mejoras y complementos para los ya existentes, obligando a los consumidores -ya sean empresas o individuos- a gastar constantemente.
Asimismo, un estudio de Intel reveló que el crecimiento de la computación es explosivo. Actualmente el 25 por ciento de la población mundial está conectado a la red, debido a que hoy en día la gente prefiere comunicarse a través de computadoras de escritorio, laptops, notebooks, netbooks, tablets PC y teléfonos inteligentes, dispositivos que en conjunto sumarán 10 mil millones hacia 2015.
ADIÓS DINERO, ADIÓS TIEMPO
Según un análisis de la casa de bolsa Vector, el gasto en tecnología en México representa el cuatro por ciento del total de los ingresos. Hay que considerar como condicionante que a mayor nivel socioeconómico, más alto es el egreso en este rubro. Sin embargo es innegable que en cada vez más hogares la inversión en el citado campo forma parte de la cotidianidad. En ese contexto, ¿qué hacer para no caer en un circulo vicioso consumista? ¿Cómo se puede dictaminar qué es necesario y qué no, en términos de TI?
De acuerdo a una sencilla simulación, una persona promedio invierte 2,700 pesos mensuales en tecnología: 32,400 pesos al año, eso sin contar las renovaciones que realice durante ese mismo lapso en sus productos. Para este ejemplo se considera lo que implica cubrir la renta de Internet, un plan tarifario de celular (de alta tecnología), y la mensualidad de pagar a crédito una consola de videojuego y una pantalla LED.
Vale la pena subrayar que en todo este proceso además del gasto monetario los consumidores realizan grandes inversiones de tiempo que a largo plazo pueden repercutir en una baja en la productividad y un costo en otros aspectos vitales. Conforme a una encuesta de Websense, los mexicanos dedican en promedio 84 minutos diarios a utilizar Internet por motivos personales, eso sin contar los momentos en que se conectan desde su casa, por lo que el tiempo diario en la web o con otro aparato tecnológico se puede disparar hasta cinco horas al día.
EN TÉRMINOS PERSONALES
Al igual que en cualquier proceso de planificación, para formular una estrategia que cuide las finanzas personales se debe hacer un análisis previo y evaluar si realmente se están excediendo los gastos en tecnología.
El primer paso será determinar sus ingresos y la proporción que de éstos se destina a sus necesidades en el citado rubro. Si la erogación sobrepasa el 15 por ciento y además usted no está reservando ninguna cifra para el ahorro, entonces debe realizar urgentemente algunos ajustes para que sus finanzas no se salgan de control.
Es importante que contabilice asimismo el tiempo que invierte en utilizar sus aparatos pues si están absorbiéndolo es probable que ello también se refleje en más consumo de electricidad, por no mencionar que si descuida su trabajo o su descanso, eventualmente se verá reflejado en su productividad y por consecuencia en su economía.
RESCATE SU DINERO
Una vez que usted diagnostique que está sobregirando su presupuesto en el pago de tecnología, toca elaborar un plan de acción.
Primero que nada identifique cuáles productos o servicios son un auténtico apoyo para sus actividades cotidianas y cuáles forman parte de sus pasatiempos. Realizar un análisis de las ofertas disponibles en los servicios que utiliza para su desarrollo profesional (Internet o una línea de celular, por ejemplo) le ayudará a definir si puede obtener un recorte en su gasto actual. No lo piense mucho, si encuentra una mejor oferta del mismo servicio cambie de proveedor, ya que esta dinámica de preferencias ayudará a mejorar la competitividad en el mercado.
Por lo general el uso del Internet es indispensable para cualquier profesionista; no obstante contar con conexión en casa y además comprar una BAM y frecuentar exclusivamente aquellos restaurantes o cafés que cuenten con WiFi, es un exceso. Una mayor organización de sus actividades le ayudará a evitar un egreso redundante, puesto que si administra bien su tiempo y tiene una BAM no tiene sentido rentar Internet o viceversa.
De igual forma si usted o uno de sus hijos es adicto a los videojuegos, puede integrar con sus familiares o amigos una comunidad para intercambio (préstamo) de los diferentes tipos de consolas y evitarse el gasto en adquirir tres distintas; lo mismo aplica para los discos de juegos.
En el caso de los teléfonos inteligentes funciona una lógica similar. Si ya tiene un teléfono que reproduce música e incluye una cámara integrada de cinco megapixeles o más, no tiene sentido invertir en una cámara fotográfica y un reproductor de MP3. O a la inversa, si posee los otros dispositivos opte por un celular sencillo. La elección depende de cada consumidor.
EN EL ÁMBITO EMPRESARIAL
En términos empresariales las disyuntivas están relacionadas con seleccionar un manejo adecuado de hardware y software que permitan acelerar los procesos administrativos y productivos. Para este tipo de proyectos existen compañías altamente capacitadas en la implementación de programas inteligentes y elaboran ‘trajes a la medida’: Microsoft, Oracle y Microsip son tres firmas que realizan consultorías para implementar tales sistemas.
Más allá de lo anterior, la problemática empresarial radica en establecer controles tanto en la inversión de la tecnología como en su uso. Es así que una compañía tiene que ubicar su mercado, su tamaño y a partir de eso fijar límites acordes a sus necesidades. Es decir, los requerimientos de una empresa de logística serán muy diferentes a las de un restaurante; los controles que deberán aplicarse son distintos en el área administrativa de una manufacturera a los que puedan existir en una firma relacionada con el diseño y la mercadotecnia. Es preciso además instaurar reglas de uso para sus empleados y un manual para explotar al máximo los sistemas.
Pese a todo lo anterior, es indiscutible que las tecnologías de la información han llegado para agilizar la comunicación y aminorar la carga laboral. Y desde luego, poseerlas nos llena de seguridad y entretenimiento; simplemente hay que saber comprarlas.
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