Fue un lento andar al vestuario, con la mirada absorta y la resignación reflejada en el rostro. Al América post Salvador Cabañas no le alcanza con el ímpetu. Le arrebataron el gol.
Fue un lento andar al vestuario, con la mirada absorta y la resignación reflejada en el rostro. Al América post Salvador Cabañas no le alcanza con el ímpetu. Le arrebataron el gol.
El Atlas no hizo demasiado para superarlo, pero aquel desafortunado desvío de Juan Carlos Valenzuela fue suficiente para superar a un equipo que carece del hombre fino ante el marco enemigo.
Una anotación conseguida en 180 minutos es el triste balance de unas Águilas que generan acciones de gol, pero son incapaces de cristalizarlas.
Una vez más la desventaja puso nervioso al técnico Jesús Ramírez y se notó en los cambios que hizo, e incluso le dio la oportunidad a Antonio López cuando pudo ingresar a Alonso Sandoval, quien entró más tarde por Ángel Reyna.
Muy diferente se vio este América al que le ganó a Indios de Ciudad Juárez el domingo pasado con un apretado 1-0 y poca movilidad, pues tuvo el dominio del balón y metió en serios apuros a la zaga rojinegra.
Enrique Esqueda tuvo la oportunidad de darle la ventaja a los azulcrema, pero su inverosímil falla dictó el rumbo del cotejo. Los Rojinegros sabían que marcar un tanto podría ser definitivo.
Se tardaron en animarse, todo el primer tiempo. El conjunto dirigido por Carlos Ischia salió revolucionado para el complemento y no tardó mucho en reflejarlo en el marcador.
El gol de Mario Méndez al minuto 57 contó con la colaboración del "Topo", pero Fabricio Fuentes y Miguel Zepeda ya habían avisado en la portería defendida por Guillermo Ochoa.
Jesús Ramírez intentó modificar cuando ya perdía, el problema es que su banca carece de profundidad en cuanto al ataque. Utilizar a Daniel Márquez en el partido Sub-20 resultó muy costoso, ya que su única opción fue el debutante Antonio López, quien jamás se coordinó con el "Paleta" y Daniel Montenegro. Mostró sacrificio, aunque poca peligrosidad.
Jean Beausejour volvió a jugar como lateral izquierdo durante los minutos finales, para darle espacio a Alonso Sandoval como volante. El "Negro" contribuyó más a las fricciones entre jugadores que a la ofensiva americanista, reducida a grotescas fallas por la ausencia de su ariete.
La dependencia a Cabañas no fue el único problema que las Águilas volvieron a experimentar. Ángel Reyna ni siquiera dio la mano a Sandoval cuando fue sustituido (73'). De voltear a ver a "Chucho" Ramírez o entablar algún diálogo con él, ni hablar.
El vértigo de los minutos finales dio emoción a un cotejo marcado por las fallas en el momento de definir. A final de cuentas, el remate que generó el tanto de la diferencia tampoco tenía dirección de marco... Hasta que Valenzuela se metió en la trayectoria del balón.
Esfuerzo estéril de un equipo sin "punch", en el que los hechos desnudan los discursos. Israel Martínez afirmó que jamás vio jugar solo a Cabañas, pero es una realidad que sin el paraguayo en la cancha, a sus compañeros les cuesta demasiado.
Eso explicó las tristes imágenes del final. Las Águilas han vivido semanas atípicas, complicadas, llenas de drama, el cual se extiende al terreno de juego sin el hombre que se encargaba de dinamitar todas las áreas enemigas.
Los amarillos extrañan a su salvador y lo peor es que la pesadilla apenas empieza.