No fue por amor. Pudo haber sido por la aventura. O, quizá, simplemente se perdió en el camino.
No fue por amor. Pudo haber sido por la aventura. O, quizá, simplemente se perdió en el camino.
Es un misterio lo que desencadenó la extraordinaria travesía de una ballena jorobada que nadó miles de kilómetros desde los arrecifes de Brasil hasta la isla africana de Madagascar, en un viaje que los científicos consideran es el más largo realizado por un mamífero marino.
Mientras la mayoría de las ballenas jorobadas migran a lo largo del eje norte-sur para alimentarse y reproducirse, la ballena viajera —llamada AHWC Número 1363 — decidió visitar un nuevo continente a miles de kilómetros al este.
El ecologista marino Peter Stevick dijo que es probable que el amor no fuese el motivo del viaje, pues las ballenas se reúnen con sus parejas en sitios de reproducción, por lo que sería inusual que esta ballena hembra estuviese siguiendo a un potencial compañero.
"Podría tratarse de un ejemplo extremo de exploración", dijo. "O podría ser que el animal se perdió totalmente".
Stevick presentó los detalles del viaje de la ballena el miércoles en la Sociedad Real de Letras de la Biología. Según el experto, se calcula que, como mínimo, el animal recorrió unos 10.000 kilómetros (6.200 millas) de un lugar al otro.
"Ningún otro mamífero ha sido detectado trasladándose entre dos lugares tan alejados", dijo Stevick, quien trabaja en la Universidad del Atlántico, con sede en Estados Unidos.
"La distancia por sí misma hubiese hecho el viaje extraordinario sin importar el destino", dijo el experto. Pero, además, tuvo un elemento adicional de interés.
Las ballenas jorobadas son animales de costumbre, que siempre hacen el mismo viaje de las aguas en las que cazan plancton, peces y krill, hasta aguas calientes en las que se encuentran y reproducen "año tras año, año tras año", señaló.
La ubicación de sus puntos de caza y reproducción puede variar a veces, pero el viaje transoceánico realmente no cambia mucho, explicó el científico.