Logro. Arqueólogos del INAH hallaron los restos óseos de dos hombres adultos en el Montículo 11 de esta zona arqueológica, los cuales datan del año 500 a. C.
Arqueólogos descubrieron en Chapa de Corzo, Chiapas, un entierro múltiple que se ha calculado corresponde al año 500 a.C., y el cual fue acompañado de una rica ofrenda entre cuyos objetos destaca un collar con un pendiente de estilo olmeca.
Este hallazgo se suma al de una tumba de élite de dos mil 700 años, probablemente la más antigua de Mesoamérica, que realizaron con anterioridad los especialistas del Proyecto Arqueológico Chiapa de Corzo, emprendido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), la Universidad Brigham Young (BYU), de Utah, Estados Unidos, y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas.
En este segundo descubrimiento, también localizado en el Montículo 11 de la Zona Arqueológica de Chiapa de Corzo, se encontraron los restos óseos de dos individuos adultos del sexo masculino, localizados en el interior de una de las esquinas del área de excavación de dicha loma.
El INAH explicó, mediante un comunicado, que debido a su difícil ubicación y al mal estado de conservación de los huesos, el enterramiento se exploró parcialmente, en una porción de un metro por lado y 50 centímetros de profundidad del montículo.
La dirección del proyecto -que derivó en mayo pasado en el hallazgo de una cámara funeraria con las osamentas de cuatro individuos, y que se ha considerado la tumba de élite más antigua de Mesoamérica-, está a cargo de los arqueólogos Bruce R. Bachand, de la BYU; y Emiliano Gallaga, del INAH. Así mismo, cuenta con la participación de la arqueóloga Lynneth Lowe, del Centro de Estudios Mayas de la UNAM.
Lowe, quien estuvo encargada directamente de las excavaciones en la cima del Montículo 11, dio a conocer que este segundo hallazgo se registró hace unos meses, al finalizar la última temporada de campo en este sitio prehispánico de filiación mixe-zoqueana.
"Expl oramos la orilla este de la tumba, la cual estuvo techada con morillos y tablones de madera que se vencieron por el peso de la tierra. Esto ocasionó que las osamentas quedaran muy fragmentadas y sólo se rescataron huesos craneales y vértebras de estos personajes, que fueron depositados hacia el año 500 a.C., quizá como acompañantes de un personaje de mayor rango.
"Es un enterramiento muy rico. En la parte explorada se encontraron ofrendas que simbólicamente guardan relación con el inframundo, compuestas de cinco vasijas, conchas, caracoles, restos de animales, entre ellos fragmentos del cráneo de un cocodrilo, un atavío brocado con decenas de colmillos de cánidos y el caparazón de una tortuga, un collar pequeño de cuentas de jade y partes de dos máscaras de hueso", dijo.
Los arqueólogos Bruce Bachand y Lynneth Lowe, detallaron que entre las ofrendas que estaban cubiertas por una densa arcilla negra, se descubrieron dos pendientes grabados que formaron parte de collares, uno de los cuales destaca porque presenta el perfil de un personaje de rasgos olmecas.
500
A.C.
Es el año en que corresponde lo encontrado.
LYNNETH LOWE
Arqueóloga