Historia de un historiador
La historia es su gran pasión. Podría pasar horas incontables hablando de los sucesos históricos de La Laguna de Durango y la Comarca Lagunera. No se considera un cronista de escritorio, al contrario, se define como una persona inquieta a la que le gusta ir al lugar de los hechos y que con 20 años de investigador aún tiene el deseo por aprender más. Él es Pablo Amaya Ramírez.
SU HISTORIA
Nació en una comunidad rural de Gómez Palacio, en la antigua hacienda de San Ramón, hoy colonia. A los dos años y medio sus tíos lo llevaron a Torreón para darle educación en el antiguo fraccionamiento de Cobián, en la calle Aldama y Colón. Residió 5 años en Saltillo, posteriormente regresó a Torreón al barrio de la Morelos y Leona Vicario, ahí estuvo 15 años. Después se fue a vivir en donde era la fábrica de La Constancia, luego a Gómez Palacio y durante otro tiempo vivió en un hotel.
LE PEGARON EN EL ORGULLO
Sus estudios fueron hasta preparatoria, pero su amor por la historia, y un golpe en su orgullo lagunero, lo llevaron a ser cronista.
"Yo terminé la preparatoria, al terminar fui agente de ventas, fui hotelero 26 años, que fue donde nació mi pasión por la historia, por demostrar lo turístico e histórico que tenemos en la Comarca Lagunera, y además picado en el amor propio porque en una ocasión una importante televisora nacional mandó a hacer un reportaje sobre la Comarca Lagunera y en el hotel, que en ese tiempo era el mejor de la ciudad, se hizo una rueda de prensa y ahí el reportero dijo que aquí era puro desierto, y fue entonces cuando me pica el amor propio y digo que aquí hay muchas cosas que mostrar, hay historia, y entonces ahí empecé como investigador de campo, luego historiador-cronista, lo que me llevó a incursionar en varias áreas del periodismo", relató Amaya.
Se ha desempeñado como investigador de campo, posteriormente historiador en el archivo municipal Eduardo Guerra, en Torreón, y luego fue nombrado mediante acta de Cabildo, cronista municipal de Gómez Palacio.
El nombramiento oficial fue el 30 de enero de 2002.
AMOR A SU TRABAJO Para Pablo Amaya, más allá del nombramiento, lo que más disfruta es poder ayudar a las comunidades a recuperar sus identidades a través de sus trabajos.
"Me llamó la atención demostrar la historia de toda la Comarca Lagunera desde hace 500 años aproximadamente, cosa que me hace sentir orgulloso y que me hace ayudar a las comunidades a recuperar su identidad, su patriotismo y nacionalismo tan necesario que tenemos ahora en el siglo XXI".
Su voz se llena de orgullo al recordar que sus pláticas fueron creadas con investigaciones que ponen el alto la importancia de la Comarca.
"En 1990 inicié con un proyecto, 'Conozcamos La Laguna' y de ahí surge 'Historia Regional de La Laguna', y posteriormente me motiva a investigar la historia del cura Hidalgo y de ahí nace 'La Ruta del padre Hidalgo por La Laguna', recorrió 500 lineales por la Comarca Lagunera, 'La Ruta del presidente Juárez en La Laguna', 'La Ruta de la Revolución por La Laguna', en la cual me baso en el recorrido del presidente Francisco Villa en 1914, recordando que inclusive estuvo en varios pueblos de Torreón, y luego buscar la ruta del agrarismo cómo se origina en 1936 y cómo se les dio la entrega de documentos a los primordiales, aquellos señores que lucharon para obtener la tierra, y que se les dio la tarde de 17 de octubre de 1936 en un lugar que se llama hacienda Los Ángeles cercana a Gregorio García", relata encantado y emocionado al revivir aquellas hazañas.
Para sus investigaciones recurre a la tradición oral, "como parte fundamental", después investiga en libros y por último encuentra las actas correspondientes a dichos sucesos, para al final entrelazarlos todos y mostrar lo que aconteció en esa época.
Más allá del reconocimiento personal, las satisfacciones de transmitir su conocimiento es lo que día a día lo inyectan para seguir adelante con su labor de cronista.
"Me satisface ver la cara de los niños cuando se les explica los pasajes de la vida del centauro del Norte, el duranguense más importante ante los ojos del mundo, cuando empiezo a hablar de Francisco Villa siempre capto la atención de la gente", recuerda.
Actualmente Amaya es asesor y coordinador del museo del General Francisco Villa y continúa ofreciendo sus pláticas, para acercar a la gente con su pasado.
PABLO AMAYA
Cronista de Gómez Palacio