Hasta hace unos años los lentes eran tan sólo un objeto de necesidad. Hoy, sin dejar de ser eso en primer lugar, se han convertido en un accesorio de moda imprescindible. La cara es la parte más visible de nuestro cuerpo y, por lo tanto, nuestra carta de presentación. Sin embargo, es a la vez la parte menos explotada a la hora de crear un look. Pero de a poco eso está cambiando", explica Gabriel Hanfling, director de Infinit, marca líder en el mercado de anteojos y pionera en la incorporación del diseño en un objeto al que la moda había subestimado durante décadas.
¿Cómo encaja el concepto de la nueva campaña, Play? Se trata justamente de invitar a jugar. Porque el momento de juego es uno de los pocos en los que la cabeza puede parar de pensar. Es un estado único de la mente. Y artísticamente está comprobado que la mayor inspiración creativa se alcanza en momentos en los que la cabeza para de pensar y se libera del razonamiento.
Es también una invitación a jugar con los anteojos como parte del look, que es justamente uno de los leit motiv de la marca. Sí, claro. Con lo importante que es la cara en nuestra imagen, es una paradoja que todas las mujeres tengan 30 pares de zapatos y dos o tres de anteojos. La proporción es casi diez a uno. ¿Por qué? Porque hasta hace unos años no existía el concepto de que podían ser un accesorio creador de estilo. Este es un descubrimiento de los últimos años. Los anteojos son un accesorio creador de estilo, y no sólo acá, sino en el mundo: hay lentes para el día, para la noche, para la playa, para una fiesta, para cada look, para navegar o para correr.
Una de las mayores novedades en este sentido es que los anteojos recetados también son un accesorio de moda que puede combinarse y cambiarse según el look. Totalmente. Eso es muy nuevo y está absolutamente explicado por el diseño industrial aplicado al objeto.
El anteojo en el pasado era solamente una prótesis ocular, y el diseño lo convirtió en un elemento estéticamente atractivo, como ha sucedido con un montón de otras cosas útiles. Hay infinitas formas, coloraciones y aplicaciones posibles. Igual que en la moda, no se detiene. Se reinventa permanentemente.