El diestro francés Sebastián Castella volvió loca a la Monumental Plaza México tras lograr ayer el indulto al toro 'Guadalupano', mientras que el aguascalentense Arturo Saldívar cortó una oreja en la tarde de su confirmación.
México, DF.- El milagro de advocación mariana se consumó. El cárdeno listón bragado de la dehesa de Teófilo Gómez concibió su destino al ser bautizado con el apelativo relacionado al milagro del Tepeyac. Este domingo, en la corrida dedicada a la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, el burel "Guadalupano" salió por la misma puerta de toriles por la que entró.Con honores. Con elogios. Indultado.
El diestro galo Sebastián Castella se cansó de lidiar a un ejemplar de milagrosa nobleza. Su devoción a la muleta lo llevó a ser el primer toro al que se le perdona la vida en la presente Temporada Grande de la México.
El coso de Insurgentes entró en éxtasis ante una lidia que Castella encumbró en lo sublime. Fueron tandas de hasta ocho o nueve engarzados trasteos que pudieron seguir hasta la medianoche. El rosario de derechazos, de joyas clásicas, fue un exvoto a la fiesta brava.
Cuando salió el toro de encornadura delantera, sin bien presentaba trapío, las dudas de su fuerza hicieron que los picadores apenas pellizcaran su piel. Tras una primera sentida tanda de Castella, el burel besó la arena ante el enfado del matador.
El contacto con el suelo pareciera haber avivado un rayo de luz en su bravura. Castella comenzaba con pies juntos el prodigio de lidia. Valentoso, con fijeza. La muleta por debajo le trajo buenos dividendos.
Un iluminado Guadalupano transformó el desdén por fiereza. Dócil, obedeció al arte del nacido en Beziers. Vinieron cuatro, cinco y hasta el sexto sentido muletazo. Apasionados trasteos que levantaron a los más de 15 mil aficionados que se dieron cita, fieles a la siempre esperada corrida guadalupana.
Siguieron los naturales y también los lentos quites de los que parecen detener el correr del tiempo. Sebastián Turzack se ponía de rodillas para mandarle un beso a su mejor regalo de 12 de diciembre. Una petición cumplida de parte de la Virgencita Morena, visitada apenas un día antes en su imponente Basílica, al norte de la capital.
Las peticiones en los tendidos, ya iluminados con las candilejas artificiales de la entrada noche, empezaron a brotar hasta volverse unánimes. Castella también lo imploraba, pero éste no llegaba.
Fue hasta que el diestro galo levantó su espada, a punto de realizar la suerte suprema, cuando el juez de plaza Jorge Ramos dispensó el perdón a un merecido hierro de Teófilo Gómez.
Los diestros Arturo Saldívar, quien cortó un apéndice en un memorable lote para confirmar su alternativa, y José Luis Angelino, con poca suerte con el acero, también se unieron al reconocimiento del ganadero.
Así también recibió elogios Domingo López, tras despedirse como picador, en una tarde en que Guadalupano y Castella mostraron el mejor ayate taurino que un 12 de diciembre puede consumar.
SIN DUDAS, LA MEJOR FAENA QUE HE LOGRADO: CASTELLA
El diestro francés Sebastián Castella no tuvo ninguna duda en afirmar que la faena de indulto que logró ayer al toro "Guadalupano" es la mejor que ha tenido en su ya largo paso por la Monumental Plaza México.
En hombros de los entusiastas aficionados, Castella repetía sin cesar que esta faena es la más completa que ha tenido en este majestuoso escenario taurino y aseguró irse feliz por la gran respuesta que tuvo del público capitalino.
"Sin dudas es la mejor faena que he tenido aquí en esta Plaza, por fortuna me tocó un gran toro de indulto al que pude seguir hasta el final, desde la labor con el capote me di cuenta que era especial", señaló.
En medio de un verdadero tumulto, el diestro francés agradeció a la Virgen de Guadalupe y señaló que mañana antes de partir tratará de ir a visitarla a la Basílica, para mostrar su fe y agradecimiento.
El galo Castella resultó el triunfador de la sexta corrida de la Temporada Grande 2010-11 en el embudo de Insurgentes, al indultar al noble y emotivo toro "Guadalupano", de la ganadería de Teófilo Gómez y con 500 kilogramos de peso.
En tanto, el aguascalentense Arturo Saldívar también cosechó importante triunfo, al cortar una merecida oreja con el toro de su confirmación de alternativa. El tlaxcalteca José Luis Angelino fue el menos favorecido, con bureles de Los Encinos y Teófilo Gómez.