Las familias que esperaban aprovechar las vacaciones escolares en Francia se enfrentaban ayer a demoras de trenes y a la escasez de combustible, mientras las huelgas contra la reforma jubilatoria del Gobierno seguían por 12mo día consecutivo.
Los trabajadores y estudiantes que protestan furiosos contra la elevación de la edad de jubilación de 60 a 62 años, han desatado el caos en el país en las últimas semanas, con medidas que van desde los cierres de cientos de escuelas secundarias a bloqueos contra aeropuertos y refinerías de combustible de todo el territorio.
El Gobierno cuenta con que las vacaciones otoñales de Todos los Santos, de casi dos semanas, resten energía a las protestas, pero los conductores que intentaban irse de viaje el sábado primero tenían que hacer fila en las estaciones de combustible.
El ministro de Medio Ambiente, Jean-Louis Borloo, insistió en que la escasez de combustible había amainado pero admitió que podría pasar un tiempo antes que la situación se normalizara. Hasta un tercio de las estaciones de toda Francia llegaron a cerrar por falta de gasolina esta semana.
"En los últimos cuatro días, hemos visto una mejora día tras día", dijo Borloo el sábado en conferencia de prensa. "Hay una mejora lenta pero real".
Sólo siete de los 100 departamentos del país seguían afectados por la escasez, agregó el ministro, en especial en el Oeste y en los suburbios de París, donde 30% de las estaciones seguían cerradas.
