Recuerdos. Ayer se celebró una misa en el edificio de Tlatelolco, en la Ciudad de México, alrededor de 200 familiares de las personas fallecidas hace 25 años por el sismo de 1985 acudieron a la ceremonia. EL UNIVERSAL
Transcurrió un cuarto de siglo y en la Ciudad de México aún existe evidencia de lo que sucedió ese 19 de septiembre de 1985. Decenas de inmuebles, casas y edificios se mantienen en pie, a un paso de venirse abajo en distintas zonas de la capital, y que hoy se erigen como monumentos que recuerdan una de las tragedias más grandes sucedidas en el país.
Son alrededor de 117 edificaciones identificadas por la Secretaría de Protección Civil del Gobierno del Distrito Federal, y que por algún motivo no han podido ser demolidas o expropiadas.
Edificios dañados por ese sismo siguen tambaleantes en por lo menos una decena de colonias de la ciudad, entre ellas Centro, Juárez, Roma, Narvarte, Doctores y Paseos de Taxqueña.
Lucen en el abandono, pero increíblemente habitados, a pesar de los peritajes que demuestran que en cualquier momento se podrían venir abajo. Se calcula que por lo menos 300 familias residen en algunos de los inmuebles identificados por Protección Civil.
El riesgo de nuevas tragedias es latente, comenta Elías Moreno Brizuela, titular de Protección Civil en el DF, quien al asumir el cargo hace cuatro años encontró que en la ciudad había por lo menos 600 edificios que desde ese 19 de septiembre se encontraban aún en pie, pero en ruinas, muchos de ellos habitados a pesar de las advertencias sobre el peligro de que se derrumbarán de ocurrir otro evento como el de hace 25 años.
De acuerdo con investigaciones científicas divulgadas por la Secretaría de Protección Civil del Distrito Federal, las delegaciones con mayor riesgo sísmico en la ciudad son Cuauhtémoc, Benito Juárez, Gustavo A. Madero, Venustiano
Carranza, Iztacalco, Iztapalapa, Xochimilco y Tláhuac.
Moreno Brizuela precisa que el riesgo sísmico en la Ciudad de México varía mucho de una zona a otra debido a la heterogeneidad y comportamiento de los suelos, así como a la diversidad de los asentamientos humanos.
Cita, por ejemplo, que el riesgo es mucho más alto en la zona centro, construida sobre sedimentos lacustres, donde el efecto local de amplificación de ondas de periodos del orden de dos segundos derribó gran cantidad de construcciones durante el sismo del 1985, y contrariamente es bajo en zonas como el Pedregal de San Ángel, donde las construcciones están asentadas sobre roca o sedimentos muy bien compactados.
"Los daños sufridos debido a los sismos del 19 y 20 de septiembre de 1985 mostraron el grado de vulnerabilidad que tiene la Ciudad de México. La gran concentración de población e infraestructura, la presencia de arcillas lacustres con una peculiar respuesta dinámica, aunado a la cercanía a zonas sismogénicas de importancia, la colocan en un escenario desfavorable ante la ocurrencia de sismos", destaca el titular de Protección Civil.
En 110 años, 160 sismos de gran magnitud: SSN
En México han ocurrido 160 sismos grandes, de magnitud 6.5 o mayores, en los últimos 110 años, cuya frecuencia se debe al eventual choque de al menos dos de las cuatro placas tectónicas bajo su territorio, informó el Servicio Sismológico Nacional. El organismo adscrito a la UNAM detectó tan sólo el año pasado dos mil 46 temblores mayores de magnitud tres y 13 mil 413 movimientos telúricos entre el 1 de enero del año 2000 y el 6 de septiembre de 2010.
El Servicio Sismológico Nacional cumplió un siglo de existencia, pues fue inaugurado el 5 de septiembre de 1910, como parte de los festejos por el Centenario de la Independencia. En 1929 quedó adscrito al Instituto Geológico Nacional y partir de 1948 fue transferido al recién creado Instituto de Geofísica, también dependiente de esta casa de estudios, donde permanece hasta la fecha.
Entre las metas del SSN destacan alcanzar una cobertura nacional e instalar estaciones de detección de movimientos telúricos en todas las ciudades del país con más de 350 mil habitantes, refiere el texto.