El Papa Benedicto XVI afirmó hoy que la Iglesia católica debe dialogar con el mundo que le ha tocado vivir y llamó a personalidades de la cultura a no tener miedo de confrontarse con la fe.
En el segundo día de su viaje apostólico a Portugal, el pontífice pronunció una conferencia en el Palacio de Belén de la capital Lisboa, ante artistas e intelectuales, encabezados por el histórico cineasta Manoel de Oliveria, de 101 años.
Benedicto XVI afirmó que el diálogo 'sin ambiguedades y respetuoso' de las partes implicadas 'es hoy una prioridad en el mundo y la Iglesia no quiere sustraerse a él'.
'Una vez constatada la diversidad cultural hay que hacer que las personas no sólo acepten la existencia de la cultura del otro, sino que aspiren también a enriquecerse con ella y a ofrecerle cuanto se posee de bueno, verdadero y bello', indicó.
Agregó que la misión prioritaria de la Iglesia católica en la cultura contemporánea es mantener despierta la búsqueda de la verdad y, por consiguiente, de Dios así como llevar a las personas a mirar más allá de las cosas penúltimas y lanzarse a la búsqueda de las últimas".
'Ustedes, creadores de pensamiento y opinión tienen la posibilidad de hablar al corazón de la humanidad, de ampliar los horizontes del conocimiento y el compromiso humanos', sostuvo.
'No tengan miedo de dialogar con los creyentes, con los que como ustedes, se sienten peregrinos en el mundo y en la historia hacia la belleza infinita', apuntó.
Al finalizar el encuentro con los representantes del mundo de la cultura, el pontífice se desplazó a la nunciatura apostólica de Lisboa para entrevistarse con el primer ministro de Portugal, José Sócrates.
Al salir del Palacio de Belén Benedicto XVI rompió el protocolo y las normas de seguridad, bajó del automóvil que lo transportaba y saludó a unos niños que se encontraban junto al camino.
Por la tarde de este miércoles, el Papa dejó Lisboa y se trasladó con destino a Fátima, en cuyo santuario mariano presidirá mañana jueves una celebración masiva para recordar el aniversario de las apariciones de la Virgen y la beatificación de los videntes Francisco y Jacinta.
