Afectados. Los campesinos en Durango, como cada año, atraviesan por una difícil situación, debido a la mala planeación. EL SIGLO DE DURANGO
Incluso la Iglesia levanta la voz ante la complicada situación que vive el campo en el país y en el propio estado de Durango. Pues ante problemas como el de la comercialización de frijol, parece que las autoridades federales, estatales y municipales, no tienen interés en poner orden o ellos son los que propician la dificultosa situación.
Así lo menciona Enrique Sánchez Martínez, obispo Auxiliar de Durango, en su mensaje semanal, al citar que ya terminó la cosecha de frijol y los campesinos en el estado de Durango, como cada año, atraviesan por una difícil situación porque el gobierno ha postergado la comercialización del producto, que fija el precio base para su venta.
Además, las empresas almacenadoras no tienen permiso para empezar el acopio. "Dicen los campesinos que hay mucha cosecha, pero no hay dinero, el grano está guardado en las casas y quienes se aprovechan de esta situación son los intermediarios".
APROVECHADOS
Ante la necesidad de los productores, estos "coyotes" ofrecen sólo 2.90 pesos por kilogramo, un costo menor al invertido en la cosecha. La cosecha en Durango fue de más de 180 mil toneladas del grano, una excelente producción este año. El problema es que el esquema de comercialización se pospuso hasta finales de noviembre y a la fecha los campesinos siguen esperando un mejor precio.
Recordó que a raíz del Tratado de Libre Comercio golpeó severamente a los pequeños y medianos productores de granos básicos, especialmente maíz, soya y frijol, ya que los productores de Estados Unidos encontraron en nuestro mercado un jugoso negocio porque poseen mejor tecnología y reciben subsidios, compensaciones y créditos blandos de su gobierno, mientras en México los productores no gozan de los mismos beneficios.