Para enfrentar con éxito la crisis económica que nos rodea, hay que volver a lo básico, que generalmente es lo más sencillo y obvio, pero por su fácil implementación, descuidamos las tareas básicas que tenemos que hacer, lo anterior también procede en materia de impuestos, rubro que el Gobierno Federal ha descuidado desde hace diez años, ya que si bien es cierto que del 28 de octubre de 2003 al 17 de agosto de 2004, se celebró, con bombo y platillos, la Cuarta Convención Nacional Hacendaria, (la primera se organizó en agosto de 1925, cuando Plutarco Elías Calles era presidente), no se pudieron poner de acuerdo los que en aquella época representaban al Poder Ejecutivo y Legislativo federal, así como tampoco los gobernadores y presidentes municipales, para fijar objetivos serios y alcanzables en el rubro hacendario, y aunque existieron muchas y muy buenas propuestas en materia tributaria, la mayoría quedó dormida bajo el sueño de los justos, derivado de lo anterior, desde aquellos años nuestro país ha navegado sin rumbo fijo en temas fiscales, ya que carecemos de una política pública tributaria, que no sólo sea pasajera y sexenal, sino que ésta trascienda a las personas y a las instituciones, lo cual proporcionaría a nuestra patria lo que tanta falta le hace en estos momentos, certidumbre.
Así que sin más preámbulo, pasemos a la propuesta fiscal que a nivel mundial ha tenido mucho éxito, sobre todo en Europa del Este, el Flat Tax, oración de origen norteamericano que significa: Impuesto Plano, mismo que para una mejor comprensión denominaremos como Impuesto Único, y con el fin de saber un poco más acerca del Flat Tax, lo comentaremos bajo el esquema de preguntas:
6. Si se estableciera en México el sistema tributario del Flat Tax, es decir, de un solo impuesto, ¿Qué beneficio tendrían los contribuyentes? Suponiendo que dichos contribuyentes radicaran en el Estado libre y soberano de Coahuila de Zaragoza, de entrada dejarían de pagar veintitrés impuestos (Ocho Federales, Siete Estatales y Ocho Municipales), eso sin contar las Contribuciones Federales de Mejoras, las Contribuciones Especiales Estatales y Municipales, los Derechos Federales, Estatales y Municipales, las Aportaciones de Seguridad Social, los Productos Federales, Estatales y Municipales, y los Aprovechamientos Federales, Estatales y Municipales; se ha calculado que todos esos impuestos representan aproximadamente de un treinta al cuarenta por ciento de los ingresos de los contribuyentes, que si cubren en tiempo y forma sus impuestos, de ahí que sea de extrema urgencia el redistribuir esa pesada carga impositiva, entre la población económicamente activa, que actualmente no contribuye, ya que al establecerse un sistema fiscal de un solo impuesto, se acabarían los privilegios tributarios de unos cuantos, así como se terminaría de una vez y por todas con el comercio informal, de ahí que exhortemos a las cámaras y organismos empresariales de nuestro país, a que unan sus esfuerzos en una sola voz tributaria que cambie el inequitativo, complicado y oneroso sistema hacendario que rige en México, por el de un solo impuesto, que sea sencillo de calcular y recaudar, así como fácil de pagar, porque si no lo implementamos ahora, terminaremos convirtiendo en pípilas tributarios, si no es que ya lo somos; agradezco sus comentarios que tenga respecto del artículo, al punto de contacto que viene señalado al pie de éste escrito.
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