El ministro de Cultura del Vaticano, Gianfranco Ravasi, consideró necesario impulsar un nuevo debate sobre la Conquista de América porque sobre ese periodo 'el tribunal de la historia no ha pronunciado su última palabra'.
En entrevista con Notimex, el prelado estableció que la discusión debe llevarse a cabo tras un análisis cuidadoso de aquel periodo, con datos objetivos e informaciones fidedignas, sin prejuicios ni 'voluntades apologéticas'.
'Es justo que se pueda acceder al tribunal de la historia; por principio al tribunal de la historia se accede con los documentos, con un rigor de análisis', señaló.
Agregó que 'en este asunto el tribunal de la historia no ha dado un juicio final. La cuestión de América Latina creo que debe ser aún estudiada, es legítimo hacer esta profundización'.
Empero Ravasi aclaró que el 'tribunal histórico' no debe estar siempre abierto y, más bien, debe ser considerado como una 'última instancia' en la cual se escuchen las voces de los protagonistas, en este caso obispos y laicos de esa región del mundo.
Para apoyar a la discusión de este tema, El Vaticano comenzó la redacción de un diccionario histórico de las Iglesias de América Latina, en el cual participarán más de 100 especialistas e historiadores del subcontinente, muchos de ellos no católicos.
Este trabajo, coordinado por el Pontificio Consejo para la Cultura, pretende una 'objetivación' de la historia que permita restringir las cuestiones para, posteriormente, hacerlas discutir a los verdaderos protagonistas.
'Se podrá ver qué cosa existe de positivo y de negativo, en este sentido creo que la voz debe ser dejada más que a nosotros, de formación europea, a los obispos (latinoamericanos). Un debate se puede comenzar, debe ser objetivo, con los datos', insistió.
Apuntó que el diccionario enciclopédico busca ser un gesto concreto que supere a las grandes declaraciones las cuales, muchas veces, no se traducen en hechos tangibles.
Según el prelado, con iniciativas como ésta la Iglesia Católica puede enfrentar fenómenos en auge en Latinoamérica como las llamadas 'sectas' (nuevos grupos cristianos) o los movimientos ligados al 'indigenismo ideológico'.
Ese 'indigenismo' es un desafío para la Iglesia, la cual debe rescatar los valores positivos de las culturas precolombinas, los cuales deben 'inculturarse', sin permitir que estos valores lentamente 'extingan y marginen' al cristianismo, apuntó.