La Policía de Filipinas se ha incautado de 79 perros muertos destinados al consumo en restaurantes, en una operación en la que fue detenido el conductor de la furgoneta que transportaba la carne, informaron fuentes policiales.
El oficial de Policía Renato Niturada indicó que las diez bolsas con 400 kilos de carne de caninos fueron confiscadas en un control policial de la provincia de Pangasinan, en el norte del país.
El conductor de la furgoneta fue acusado de violar la ley de protección de animales y se enfrenta a una pena de hasta dos años de cárcel o a una multa de hasta cinco mil pesos (108 dólares)
Pese a que la matanza de perros para conseguir carne es ilegal, la carne de canes se considera un manjar en el norte de Filipinas, donde algunos restaurantes la ofrecen de forma habitual.