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Inculque en su mente los ideales

Inculque en su mente los ideales

Inculque en su mente los ideales

Olga de Juambelz

Apéguense a aquello que es espiritualmente superior, con independencia de lo que los demás piensen o hagan.

Aférrense ya a sus verdaderas aspiraciones, independientemente de lo que sucede a su alrededor.

Cualquiera que sea la naturaleza del cambio, la gente reaccionará con temor, tratará de hacerlos sentir incómodos y culpables.

Escucharán una recitación de las razones, las racionalizaciones y todos los autoengaños que usan las personas que permanecen en un punto muerto, es decir, para sumergirse en la inercia. Y eso es cansado.

¿Por qué estas reacciones violentas? La respuesta es simple. La sociedad teme al hombre libre. Cuando la sociedad ve a alguien que es verdaderamente libre, se siente impulsada a unirse en su contra. Se debe categorizar y etiquetar al hombre libre con adjetivos infames para hacerlo conformar. La sociedad hace esto porque por definición la estructura social es un arreglo de reglas al cual conformarse. No someterse a la conformidad significa no pertenecer a la sociedad. Pero estaría bien que lo recordaran: los grandes logros por lo general nunca suceden dentro de los confines de las restricciones sociales usuales.

Claramente, restaurar la dignidad humana en nuestra cultura es difícil. Requiere que finalmente integremos la idea de que no importa la posición que ocupemos en la vida, el único parámetro para medir el éxito es descubrir si estamos haciendo lo que emana de nuestro más profundo ser, de nuestra identidad real.

Entre cónyuges, la decisión de uno de ellos al cambio es una verdadera amenaza. Quizá es que uno ha avanzado y evolucionado más que el otro. Y a menos que haya un intento real de llevar el mismo paso, esa relación está en claros problemas. El dilema que se presenta al cónyuge es el siguiente: ¿entiendes la etapa personal en la que estoy? ¿Tienes el valor y la disposición para andar este camino conmigo?

El problema con todos los cambios es que la sociedad por lo general no quiere que seamos libres. Mucho del aceite que permite que los engranajes de una sociedad sigan funcionando, es mantener el statu quo. El sistema de vivir está en todo lugar. No es un sistema organizado controlado por un grupo de arriba. Los activistas están en todo lugar.

De tal forma que si desean dejar atrás una existencia vacía y encontrar un camino para ser verdaderamente felices, no esperen que los alienten. Más bien esperen el coraje, la envidia y la agresión. No esperen nada de la sociedad. Hará todo lo posible por socavarlos. Siempre habrá personas que estarán esperándolos para condenarlos.

Encontrarán unas cuantas y contadas personas que los ayudarán a efectuar el cambio, quizá porque ellas mismas ya han cambiado y saben el camino arduo que eso implica. Quizá algunas de ellas no han tenido tanto valor, pero saben que se fortalecerían si ustedes tienen éxito. Recuerden que cuando la sociedad los amamantó con la leche de la independencia, también los amamantó con la leche del compromiso, del acuerdo. Cuando los destetó, habían aprendido que la interdependencia era la meta fundamental de la vida. Y ello sentó la cadena de la esclavitud.

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