Análisis. La norma aprobada en el Distrito Federal representa un avance significativo en el tema de eutanasia, pero 'no es tan buena'. ARMANDO ACEVEDO/ EL SIGLO DE DURANGO
"La Ley de Voluntades Anticipadas es subjetiva, no es tajante, tiene huecos médicos y legales, muestra cómo pesa el aspecto religioso", opinó Irene Córdova Jiménez, coordinadora Jurídica del Consejo Estatal de Trasplantes de Órganos y Tejidos en Jalisco, en torno a la norma aprobada el año pasado en el Distrito Federal.
AVANCE
La Ley de Voluntades Anticipadas ofrece la alternativa a una persona en vida de encargarle a a un familiar o persona cercana que "si un día estoy como vegetal, por favor, no dejes que me mantengan así".
Es lo más cercano a la eutanasia, hasta ahora ilegal en México. Al enfermo se le deja de suministrar tratamiento terapéutico y fallece de manera natural.
El individuo deja una carta notariada donde plasma su deseo, avalada por un testigo encargado de aplicarla.
Huecos legales, de salud y de bioética presenta la iniciativa porque aún no se atreve a hacer obligatoria la decisión que se tomó en vida.
La principal razón por la que se truncan donaciones de órganos es por la negativa de la familia, pese a que el difundo contara con tarjeta de donador; son sus seres cercanos quienes deciden. Si la persona y un testigo firman la tarjeta eso avala la donación ante el hospital y la familia.
Personal
La Ley de Voluntades Anticipadas ofrece la negativa de la persona para someterse a medios, tratamientos y/o procedimientos médicos que pretendan prolongar de manera innecesaria.
Digna
La ortotanasia, o muerte correcta, no provoca la muerte activa, pero procura no menoscabar la dignidad del enfermo en etapa terminal, por ejemplo, a través de la sedación controlada para aliviar el dolor.
Ponencia